Pablo Casillas

El Corrillo

Pablo Casillas


Querer ser versus Poder ser

06/12/2022

Considero oportuno comenzar este artículo transcribiendo unas declaraciones de Monseñor Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y hasta hace poco secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal, en una entrevista realizada por el diario El Mundo:
«Pregunta. – Diría usted que Vox es el partido más afín a la doctrina de la Iglesia. Respuesta.– Reconozco que Vox en cuestiones referidas a la antropología y la familia tiene postulados que se pueden reconocer en la doctrina de la Iglesia. Pero la propia Iglesia relaciona inseparablemente esos postulados con una propuesta laboral, económica y política. La división tópica entre izquierdas y derechas puede llevar a ser fiel a la iglesia en asuntos de cintura para abajo e infiel en los que afectan a la cartera. Por eso no consideramos propio a ningún partido. No se pueden separar el ser, el amar y el hacer: los tres pilares básicos de lo humano. Pregunta.– ¿Qué replica a los españoles que ven de izquierdas a éste Papa? Respuesta.– Desde que hemos tenido papas no italianos hemos descubierto que cada papa ofrece lo propio de su historia. San Juan Pablo II ofrece la experiencia de haber vivido bajo dos totalitarismos. Benedicto XVI aporta su conocimiento teológico formado en una Alemania de luteranos y católicos que sale del nazismo, necesitada de una reflexión cultural sobre Europa. Y Bergoglio es el papa que viene de una megalópolis del sur, rodeada por una corona de espinas de barrios de villas de miseria. Cada uno está aportando su experiencia a la Iglesia católica en su conjunto. Yo percibo que a los europeos nos está costando mucho entender a quien viene de una diócesis tan singular como la del gran Buenos Aires»…
De una forma más clara y concluyente que lo que dice Monseñor Argüello, para entender al Papa Francisco, hay que acudir al filósofo José Ortega y Gasset, que acuñó la celebérrima e intemporal frase: «Yo soy yo y mis circunstancias».
Tal ocurre con Su Santidad el Papa Francisco. No me cabe la menor duda de sus profundas convicciones cristianas y católicas, de lo contrario no habría llegado al Papado, pero le acompañarán siempre sus posicionamientos peronistas de izquierdas, su indigenismo –pese a ser descendiente de inmigrantes europeos–, e, incluso, como anécdota no menor, su afición por el futbol, como seguidor del San Lorenzo, con lo que ello representa para los argentinos. En definitiva, al Papa Francisco le acompañan unas «circunstancias» muy especiales. Por ello, el Papa Francisco tiene respecto de España un planteamiento que difiere de lo que realmente es nuestro País, (que traslada a la Iglesia Institucional), y de forma particular acerca de su feligresía, lo que, a la fin y a la postre, es un asunto de gran trascendencia para el devenir de la Iglesia Católica Española.
Diré, que difícilmente se puede comprender que Su Santidad se resista a venir a España con justificaciones tan peregrinas como que «primero se tienen que poner ustedes de acuerdo». ¿A qué se refería? Evidentemente, a que la Iglesia que tenemos no es la que él quiere. Ni siquiera el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa le ha servido de argumento para venir. Tampoco se puede entender que haya pedido perdón por lo realizado por la Iglesia a partir del Descubrimiento de América, -por cierto, sin reparación material del Vaticano de poco sirve la petición de perdón del Papa-, lo que viene a ser una condena expresa a la Iglesia Española, toda vez que fue la que llevó la Fe Católica al Nuevo Continente, con el apoyo incondicional de la Corona. Sin la intervención de España, a lo largo de los siglos, la Iglesia Católica Universal no sería lo que es, extendida por todo el Mundo.           
Se comprenden, por ello, en atención al posicionamiento del Papa, también las transcritas declaraciones de Monseñor Argüello: Querrían que la feligresía católica española fuera mayoritariamente de izquierdas, o, al menos, que hubiera una importante participación de personas y partidos de izquierdas dentro de la Iglesia. Y que la feligresía conservadora, puesto que es la que verdaderamente nutre a la Iglesia, se rasque más aún el bolsillo. 
Diré que, por supuesto, no hay motivo alguno para que no haya personas de izquierdas que puedan y deban ser católicos. Si fuera la izquierda de sus orígenes así acontecería, serían muy pocos los que no fueren cristianos o no apoyaran esta religión, puesto que la Doctrina de Jesucristo encuentra su base en principios humanos que son consustanciales con la gente más humilde, con la Vida y con la Familia. Ahora bien, sucede que la mayor parte de las gentes que votan a los actuales partidos de izquierdas tienen unos planteamientos totalmente contrarios a la Doctrina de la Iglesia Católica: son ateos, proabortistas, proeutanasia, contrarios a la Familia natural, etc, etc. Más diré, si por ellos fuera desaparecería la Iglesia o, en todo caso, la retornarían a las catacumbas. Así lo manifiestan a la menor oportunidad, y realizan actos en esa dirección.
El Papa Francisco quiere lo que no puede ser: Que la Iglesia Católica en España, que sus feligreses,  sean sobre todo de izquierdas; y, mientras tanto, no piensa acudir a nuestro País. Sugiero que cambie de opinión. Con ello, haría mucho bien a la actual feligresía –en franco y constante descenso–; y, a la par, podría  evangelizar a las personas de izquierdas, con las que se identifica, aún a riesgo de ser duramente criticado. Sin duda, se debe acudir adonde se encuentran los problemas y en España los hay. San Pedro, primer Papa, acudió a Roma porque allí estaba el mayor número de cristianos, y le costó la Vida, pero ello supuso un impulso muy importante para el Cristianismo. 
Respecto de la feligresía española, mayoritariamente de conservadores y liberales, (también aquellos que votan a Vox, entre los que no me encuentro, aclaro), bien sabe la Iglesia Institucional, con incluso Monseñor Argüello, que si no fuera ellos no existiría. Son esos  feligreses los que ponen las cruces en la declaración de la Renta y dan donativos; los que sostienen Cáritas; los están integrados en Cofradías y Hermandades; los que asisten a los actos religiosos; etc. La Iglesia Católica debería valorarlo como se merece.   
P.D.- En la entrevista de El Mundo, se indica que Monseñor Argüello oró con Pedro Sánchez y con Félix Bolaños. Dos opciones: o fue un puro paripé de ambos; o de poco les sirvió la oración. Me inclino por la primera de las opciones. Ustedes sacarán la suya.