Pablo Casillas

El Corrillo

Pablo Casillas


Ricos-riqueza (‘nuevos ricos’)

11/10/2022

Se trata de un asunto difícil, complejo y escabroso, imposible de desarrollar de forma plena en un artículo, pero no por ello no voy a dejar de trasladarles mis reflexiones al respecto, con el ánimo, como en otros muchos temas, de abrir el debate y, sobre todo, que cada cual piense y analice la situación.
El tema no solo es que sea de presente actualidad, sino que es perenne, si bien se pone en el candelero en determinadas ocasiones, particularmente cuando hay elecciones, y siempre a voluntad de los políticos, que son los que nos hacen danzar al son que a ellos les conviene, cual si fuéramos títeres o pajas que mueve el viento.
Debemos ser conscientes que el asunto de los ricos y de la riqueza ha dado lugar –y seguirá dándolo– a revoluciones, guerras (algunas civiles) y, en todo caso, a desestabilizaciones sociales que llevan a la ruina de los ciudadanos y de los países en los que habitan. Arruinados están por mor del tema del ataque a los «ricos y la riqueza» países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Honduras, etc. Y otros van camino. Debemos también ser conscientes que es un tema en el que los populismos encuentran un importante argumentario para manipular a los votantes. El mensaje es muy simple y pegadizo y siempre en detrimento de los ciudadanos: quitar a los ricos para dárselo a los pobres, y, a sensu contrario, defender a los ricos de los pobres; cuando en la realidad todo el mundo nos necesitamos, somos imprescindibles. 
Me atrevo, por ello, a calificar de mala gente e irresponsable –hay otros muchos calificativos a utilizar, pero me los voy a callar–, a aquellos políticos que se sirven del mensaje de los ricos y de la riqueza como forma de obtener sus objetivos, que no son otros que conseguir el Poder y luego perpetuarse en él. Ello es extensivo, ya digo, tanto a los de la diestra como a los de la siniestra, si bien suele ser ésta última la que más esgrime ese mensaje, por eso de que dicen representar al 'pueblo'.
Miren, los que tenemos una edad, hemos escuchado, siendo niños, en boca de las gentes de derechas, aquello de que la Guerra Civil española se produjo fundamentalmente porque los comunistas (por aquel entonces todos los de izquierdas eran considerados comunistas), querían quitar una vaca al que tenía dos, o una finca al que tenía dos, para dárselas al otro. Claro, durante la Guerra Civil y en época de la Dictadura era muy fácil vender ese mensaje, porque, a sensu contrario, era el que habían trasladado las izquierdas durante la República: «Vamos a quitárselo a los ricos para dárselo a los pobres».  
No hemos cambiado mucho, la verdad, por desgracia, aunque sea con otros ropajes. 
La cuestión es la de siempre, quién determina dónde se encuentra el límite de la riqueza, porque puede suceder que haya muchas personas que en realidad no se comporten como ricos aunque estén incluidos en determinados parámetros y otros sí lo sean sin cumplirles; y, sobre todo, por qué no reconocemos que es ilógico e injusto contraponer pobres con ricos y tratar de castigar a éstos últimos sin tener en cuenta todas las circunstancias que les ha llevado a conformar su patrimonio y el destino que se da al mismo.
Miren, como detalle para tener en consideración los parámetros de la riqueza y del vivir como ricos, en épocas pasadas al hablar de un rico se decía: «Para ricos, los de Béjar» o «Vives mejor que los ricos de Béjar». Béjar era un referente industrial en el ámbito del textil y los que tenían fábricas disponían de una holgada posición de la que hacían gala. Hoy en día sólo los más veteranos utilizamos esos símiles, pero siguen siendo muy actuales.
A propósito de quienes puedan ser considerados ricos en España, según el criterio de este Gobierno, vendrían a tratarse fundamentalmente de personas que se mueven en el ámbito de la empresa o de las profesiones liberales. Todas esas personas han pagado siempre sus correspondientes impuestos, trabajan de sol a sol, crean empleo, y, si vienen mal dadas –como siempre que hay crisis–, pierden todo aquello que han obtenido con gran sacrificio, a veces procedente de generación en generación.   
Sin embargo, este Gobierno no incluye ni tiene en consideración como ricos a los 'nuevos', aquellos que han logrado dar el pelotazo atendiendo a la coyuntura. Tales 'nuevos ricos' son muchos políticos. (En el imaginario todos tenemos a don Pablo Iglesias, hasta hace poco vicepresidente del Gobierno, y doña Irene Montero, ministra de Igualdad). Como simple detalle a valorar: los Diputados perciben de media en torno a los 90.000 euros al año, con tributación especial; los que ocupan cargos técnicos-políticos, además de percibir importantes salarios, incrementan su nivel de complemento si se tratan de funcionarios; los cargos o puestos de libre designación (a miles), ora en empresas públicas, como pueden ser la SEPI, Correos, Paradores, perciben muchos de ellos salarios superiores a los 200.000 euros. No digamos luego los destinos que se les otorgan, en embajadas, organismos internacionales, consejos de administración, cobrando decenas de miles de euros anuales. Tampoco 'desmerece' la promoción que logran en sus destinos funcionariales, dejando de ser 'tropa' para pasar a ser 'generales' (véase a la que fue ministra de Justicia, luego fiscal general, y ahora fiscal del Tribunal Supremo, doña Dolores Delgado). Podríamos seguir. Y cuando alcancen la edad de jubilación, menudas pensiones. No tienen, quizás, millones, pero son 'ricos'. Todas esas personas no han opositado para esos destinos; ni trabajan de sol a sol; ni han arriesgado ni pierden su patrimonio; ni crean empleo; y, sin embargo, viven y vivirán como los ricos de Béjar. Esas personas sí son 'ricas' de verdad.  
Miren, cuando algún político trate de aprovecharse de su voto en atención a un tema de esta naturaleza, de decirles que van a quitar a los ricos para dárselo a los pobres, pueden hacer dos cosas: mandarle directamente a hacer gárgaras sin más, si es que están plenamente convencidos de que le quieren engañar; o, si tienen dudas, al menos analizar profundamente qué llevan en el pico, si le van a beneficiar a usted o si se benefician a sí mismos.           
P.D. Y, pese a la que está cayendo, como tengo el 'Poder' y el BOE, me subo el 4%.