Carolina Ares

Escrito a tiza

Carolina Ares


Sobrevivientes

16/03/2024

He decidido dejar en mi mesilla de noche el libro de La sociedad de la nieve. Puede que tenga que ver con que es el típico libro al que vas sacando matices diferentes, aunque igual me equivoco o a lo mejor tiene que ver con la fascinación que sentimos cada vez que nos redescubren esta historia. Lo cierto es que cada vez que las vivencias de los supervivientes de los Andes vuelven a emerger, atraen a la gente como el resplandor del sol sobre la nieve.

Me asombra la capacidad de interesarnos que tiene esta historia. Hay quién dice que tiene que ver con el morbo, la antropofagia, el trauma… pero yo creo que, sin descartar que haya a quién le interese por ello, lo que nos apela es el instinto de supervivencia, la capacidad de enfrentarse a la adversidad y salir victorioso y el apego a la vida. La historia de quienes lo tuvieron todo en contra y se unieron, aceptando cada uno su rol, para poder salir de aquella situación juntos. Ellos lo recalcan constantemente, defendiendo la aportación que cada uno hizo al grupo. En la lectura de sus recuerdos, queda patente como la montaña le afectó a cada uno de manera diferente. Todos pasaron por lo mismo, y sin embargo todos se enfrentaron a ello y lo superaron de modo dispar. Entre sus palabras se entreve la herida que nació en ellos y que ha sanado, o no, a un ritmo y con una música distinta para cada uno. Reflexionan sobre la importancia de vivir y cómo sobrevivieron los que se aferraron a la vida, los que no dudaron y supieron en todo momento que saldrían de allí. Más de uno cree, de hecho, que Numa Turcatti murió porque en una de las salidas que realizaron, al verse rodeado de montañas, pensó que era imposible la salvación. Y, aún así, también recalcan que fue quien les impuso a iniciar la expedición final.

Algunos idealizan lo ocurrido, otros lo evitan, la mayoría guardó silencio muchos años, hasta que se dio cuenta de que necesitaban hablar de ello y, lo más importante, que a los demás nos interesaba escucharlos hablar. Muchos reconocen que encontraron una espiritualidad que no les ha abandonado nunca y una fuerza que les ha permitido salir de los momentos más duros a los que se enfrentaron después. Todos hablan de la importancia del amor, de que el saberse queridos y parte de una sociedad, aunque fuera la de la nieve, les sirvió para estar en paz. De alguna manera, las diferencias entre ellos representan la diversidad del mundo, las múltiples posibilidades.

La mayoría dan charlas motivacionales que se llenan. En el fondo, todos necesitamos escuchar que se puede salir de las situaciones más extremas y prosperar. Escuchar la historia de su supervivencia nos ayuda a sobrevivir en el día a día. Nosotros siempre nos referimos a ellos como los supervivientes pero, por razones geográficas de nuestro idioma común, ellos se llaman a sí mismos sobrevivientes. Objetivamente, suena lógico, a fin de cuentas, lo que hicieron fue sobrevivir. Pero creo que si alguien puede usar el prefijo super añadido a cualquier palabra derivada de vida, son ellos.

ARCHIVADO EN: Ávila