Siempre me digo a mí misma que naciste en el mejor momento. Mejor dicho, llegaste en el momento oportuno. 2017 no fue fácil por muchos motivos, pero no pudo finalizar mejor. Tus grandes ojos marrones fue lo primero que vi cuando llegaste a esta vida y siguen teniendo la misma expresión. Una mirada que lo dice todo, sobran las palabras.  
Contigo llegó una gran revolución a casa. De los pañales, pasaste a dar tus primeros pasos y de repente, estás a punto de cumplir seis años. Seis años. La verdad es que se me han pasando volando y en muchas ocasiones, me gustaría parar el tiempo. Sí, la maternidad es agotadora y a la vez, tan bonita… No cambiaría nada. Bueno, sí. Me gustaría que no crecieras tan deprisa. A pesar de que estos años han pasado muy rápido, he visto cómo has ido formando tu propia personalidad. Esa que te diferencia de los demás y de la que tienes que estar orgulloso.  De hecho, siempre te digo que no cambies nunca. Sólo con tu forma de ser, darás a los demás lo mejor de ti.  Y tengo la sensación de que cuando te acercas a los demás, dejas huella en ellos.  Eso no lo consigue todo el mundo y tú, Alejandro, tienes esa capacidad.  Aprovéchalo porque eso te ayudará a saber rodearte de quienes, en verdad, quieren formar parte de tu vida. 
Contigo he descubierto que nuestro salón se ha convertido en el mejor hogar para los dinosaurios. Cuando tenías 3 años ya te sabías todos sus nombres y yo era incapaz de distinguirlos. Ahora las piezas de Lego empiezan a llamar tu atención, pero de momento la plastilina gana la batalla. Te has convertido en un gran 'plastilinero'. Tu habitación ahora es un gran museo de figuras de todo tipo. Lo mismo haces una tortuga que un monstruo de esos terroríficos. Y lo mejor es esa imaginación que no para en tu cabeza.  
Contigo disfruto de las tardes. Es el mejor momento del día. Da igual que sea con un maratón de películas, aprendiendo a leer (qué bonito ver como vas aprendiendo uno de los mejores placeres) o, simplemente, sentados en el sillón, hablando de nuestras cosas. Porque eres un parlanchín. Y sí, no todo es tan bonito. Porque esto de la maternidad también da cabida a las rabietas y los enfados. Pero hacer las paces con un abrazo, es la mejor de las recompensas.  
Contigo he aprendido que los malos momentos se vuelven menos malos cuando sonríes. Porque no permites que nadie esté triste. Porque dentro de esa inocencia que tienes, desprendes una sensibilidad que me alucina. Y sé que parte de esa inocencia la irás perdiendo a medida que vayas madurando. Pero ahí está la clave: forjarte como persona siempre haciendo gala de la empatía.  
Contigo he aprendido a disfrutar del ahora.  Así que disfrutemos de esta bonita etapa. En unos días soplarás seis velas para celebrar la vida. Y ahí estaremos, cerca de ti, para verte crecer. Y como te digo siempre, disfruta de cada momento con quienes te quieran. No dejes de ser ese huracán de emociones. Cada uno de nosotros tenemos nuestra persona favorita y tú, Alejandro, eres la mía. 
Felicidades a todos aquellos que cumplen años estos días.