Hace algunos años, no muchos, rodaban unas monedas con el lema de España «una, grande, libre», y un chusco preguntaba; «¿sabes lo que quiere decir «una»? – Pues quiere decir que si hubiera otra, nos íbamos a la otra». No hacen falta mas comentarios. Esto sería una evasión que yo me aplico, porque no sé que pensar de esta España que nos ha tocado vivir; me voy al espacio, aunque sea de forma virtual, para observar desde allí, y cantando con Cecilia, que lo hacía así hará unos cincuenta años: «Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra, ay, ay». Y me quiero ir, porque desde la distancia se ven las cosas mejor en su conjunto, y sus alrededores, y si hubiera otra España por ahí, allí me iba. Y pudiera haberla en este espacio infinito, donde hay miles de millones de galaxias, como nuestra Vía Láctea, e infinitamente mayores, llenas de astros, estrellas, planetas, satélites, materia oscura, asteroides, gases, energías, por miles de millones. Para nuestra mente esto es apabullante, abrumador, inquietante, perturbador, algo que no cabe en nuestra cabeza. Nuestro planeta es como un pequeñísimo átomo en esa inmensidad, y lo que ocurre en él, tiene que ser necesariamente minúsculo por simple proporcionalidad; y si no es así ¿por qué? Y héteme aquí, que los astrónomos de cierta Universidad norteamericana han descubierto un exoplaneta, es decir, que orbita alrededor de otra estrella que no es nuestro sol, y podría asimilarse a nuestra Tierra, al que han llamado TOI-733B; aunque hay otro, según los científicos, mas parecido al nuestro, en temperatura, incluso podría tener agua, y con ello vida, llamado KEPLER-452b, que está solo a 1.400 años luz, total una tontería si alguien quiere calcular a cuantos kilómetros. Creyendo a los científicos, aunque muchas cosas que dicen aún no están comprobadas, son solo teorías, podíamos sacar algunas consecuencias. La mas importante para mí es, que no se ha encontrado vida, al menos vida inteligente, en ningún sitio donde los científicos han puesto la vista y la búsqueda, por lo que no hay extraterrestres, hombrecillos o ETes, ni platillos voladores por ahí. Nuestro planeta es único, hermoso, azul en la distancia, que surgió en un momento determinado, que los científicos han medido en tiempo, que la vida fue apareciendo, que el ser humano apareció también mucho mas tarde, después de vidas simples o muy complejas, como los dinosaurios, y que evolucionó hasta el día de hoy, sin saber hasta dónde puede llegar su inteligencia y sus conocimientos, con los que ha ido descubriendo, que no creando, tantas maravillas, incluido este conocimiento del espacio que nos rodea y del que somos parte. El geocentrismo en el creyeron hace siglos, hasta que Galileo dijo que no, que solo éramos un planeta girando alrededor del sol, nuestra estrella en esta galaxia, se ha trasformado en un geocentrismo de observación del Universo. Desde nuestra minúscula Tierra, vemos, medimos, observamos todo lo que hay a su alrededor, hasta donde se puede llegar hoy. Y que algún otro día desaparecerá, ese «final de los tiempos» del que nos habla la Biblia, que no esta tan cerca, por lo que generaciones y generaciones podrán disfrutar o padecer este planeta, y las ocurrencias, buenas y malas, de la Humanidad. Esos otros astros que ahora se descubren, tal vez ya no existan y solamente veamos lo que fueron, dadas las enormes distancias en este espacio infinito, donde las señales tardan miles de millones de años. Nuestra Tierra es única, asombrosamente única en todo lo que hasta ahora conocemos. Y surgen muchas preguntas, científicas y religiosas, a las que no podemos dar contestación.
Y mientras tanto, el ser humano cuya inteligencia y sus comportamientos, dan lugar a esa pléyade de científicos, cuyos conocimientos actitudes nos siguen descubriendo misterios, que nos parecen impresionantes hoy, mientras la Tierra y los seres que la habitan, están en su evolución, buena o mala, creativa o catastrófica que no son nada contempladas desde el espacio exterior infinito.