Al hablar de líderes pensamos más en la idea de empresa que en la de desarrollo personal. Un verdadero líder crea caminos, influencia a personas y abre nuevos caminos de crecimiento sea quien sea y esté donde esté, ya sea en una empresa como empleado o dueño o en su vida privada, ya sea para sí mismo o para su familia.
El liderazgo no es fácil si uno no está dispuesto a mejorarse a sí mismo. Muchos quieren ser líderes en sus vidas con lo que tienen y cuando no llegan todos los resultados que esperan miran por la ventana esperando encontrar una solución. En verdad son ellos quienes deben mejorar para que todo lo demás empiece a crecer, es así de sencillo. Por mucho que no se quiera aceptar, es un trabajo que toma toda una vida.
Desde el momento en que queramos mejorar algo, una mala situación laboral, un conflicto familiar o nuestra posición personal encontraremos barreras ya desde el principio. Ese es el precio que tiene que pagar quien decide mejorarse, pero hemos de recordar que no son problemas u obstáculos, sino una expresión de que para mejorar lo de fuera hemos de superarnos por dentro. Y este es un trabajo apasionante porque requiere un compromiso y una elevación en términos de pasión que nos convierte en personas que gobiernan su propia vida, sus propios sentimientos. Si queremos satisfacción personal pocos caminos ofrecen semejante sensación como este.
James Russell Lovell dijo: «Nadie que no pueda ser completamente sincero consigo mismo puede producir cosas grandes en su vida». Nadie puede mejorar nada si no aprende a través de un proceso de introspección cuáles son sus puntos fuertes, los que puede reforzar, y cuáles son sus puntos débiles, los que debe mejorar o corregir. Eso pasa por una sinceridad que sobrepuje cualquier intento de conformismo o confrontación con uno mismo. Por muy mal que siente reconocer que no somos buenos en algo, incluso realmente desastrosos, si no lo hacemos no mejoraremos para nada. ¿De qué sirve no reconocer los errores y mantenerse como uno es? Si no es para mantener el orgullo no se me ocurre nada que sea útil, y el orgullo es tan útil en el crecimiento personal como lo es barrer una casa con un cepillo de dientes.
 Desde el principio uno tiene que mantenerse fiel a su idea de mejora, de sobreponerse a los obstáculos vengan de donde vengan y seguir avanzando. El ser humano se siente bien cuando toma decisiones de superación, nunca de estancamiento o conformismo, esto trae sufrimiento y abatimiento. Eso es un líder, es tener una visión de sí mismo y perseguirla hasta convertirla en su modo de vida. Así es como se construyen las grandes personalidades y el carácter que infunde confianza en todo lo que toca y hace. Todos podemos admirar a esas personas o elegir convertirnos en una de ellas.
Si pudieras dar pasos de líder ahora mismo, ¿qué paso darías primero? Ahí es donde poner el enfoque y empezar a caminar. Los caminos siempre se descubren andando, pocas veces previsualizando, y de igual forma llega la motivación, cuanta más alta sea nuestra atención sobre un objetivo concreto más energía emplearemos en transformarlo en realidad y mayor será nuestra convicción para seguir haciéndolo hasta conseguirlo. Todas las personas mejoramos en cuanto tomamos la simple decisión de hacer lo que sea necesario para que esto suceda y las emociones positivas siguen un ciclo de inercia, cuantas más acumulemos, más fácil nos resulta acumular todavía más.