Roberto Serna

El líder que hay en ti

Roberto Serna


Entre lo que eres y lo que sabes

07/11/2020

Hacer lo que se ha decidido, incluso si sale mal, es haber intentado lo que se quería aunque finalmente se fracasara. Y es que si aspiras a ser una estrella aunque solo sea para ti en tu propia vida, no puedes únicamente brillar cuando todo lo demás parezca estar apagado.
Se puede llegar muy lejos con un poco de sabiduría, entendiendo por esta averiguar quién es uno mismo y qué se quiere de la vida. Esto lleva a hacerse preguntas incómodas que pueden acarrear respuestas dolorosas, ¿y si no soy quien yo quería, o no tan siquiera sé quién quiero ser? Los trastornos de la personalidad vienen a menudo representados por conflictos internos que las personas sufrimos cuando la persona que somos en realidad y la que podríamos ser se ven las caras. Problemas que sufrimos aun sabiendo la respuesta, decisiones que no tomamos incluso teniendo las cosas claras, todo esto provoca mucho dolor para quien no se ha atrevido a llevar su vida al nivel que podría y merecía.
Pídetelo de forma honesta y humilde y entonces, extiéndele la mano a esa pequeña parte de ti que anhela salir al exterior y respirar en libertad. Todos tenemos un yo oculto reprimido por condicionantes sociales y alimentado por nuestros miedos que representa con sinceridad todo cuanto somos, pero que permanece encadenado hasta que le damos aviso para salir. Para entonces, y resentidos por su privación, apenas puede sostenerse para darnos algo de de placer y orgullo personal.
Los hay que brillan cuando todo lo demás se apaga, y a eso lo llaman formalidad. No veo de qué forma se puede uno enorgullecer de sí mismo si logra ser como es únicamente cuando el telón está echado y el teatro cerrado. Se sea lo que se haya decidido ser ha de exponerse en todo tipo de teatro y ante todo tipo de público, con gradas llenas a rebosar o en los ensayos, cuando ya no mira nadie. Vivimos en la falsa esperanza de un futuro mejor sin reparar que es en el presente donde ese futuro se construye, y entonces nos cuesta ser felices. Entre lo que sabemos que somos y lo que hemos venido haciendo puede darnos esa pista de la que tanto dependemos. Ni las burlas más eficaces, los rechazos más dolorosos o la peor de las traiciones, el dolor más grande que existe es fallarse a uno mismo y el mandamiento número uno de nuestra existencia es amarnos por lo que somos y estamos dispuestos a ser.
Dentro de nosotros hay una voz, algo apagada pero de tono fuerte y decidida que grita constantemente lo que en realidad somos aunque por fuera parezcamos ser otra cosa para los demás, que nos anima a ser valientes en un mundo de cobardes que esconden lo que son y lo que sienten para adaptarse a su entorno, que nos empuja a no tirar la toalla y a seguir luchando. Las actitudes de mediocridad se traducen en vidas a medio gas que excusan sus miedos con palabras como respeto y mesura, mientras arde en su interior la rebeldía que desde su niñez les pide una oportunidad que en ocasiones no se llega a materializar. Entre lo que somos y lo que sabemos que deberíamos estar siendo es en verdad una llamada a la acción, a la no inhibición de nuestras costumbres por mor de la aceptación social corrompida en la que vivimos. Solo cuando creamos somos verdaderamente felices. La creación de algo propio y único. Nunca seguir al rebaño a traído a las personas la sensación de haber construido una vida verdadera.