Gonzalo M. González de Vega y Pomar

En mi azotea

Gonzalo M. González de Vega y Pomar


¿Será la nueva sede de Cruz Roja otro palacio de Los Águila?

03/06/2021

Desde luego va por el mismo camino y esperemos no tengan que transcurrir dos décadas para que sea una realidad. Hemos de recordar que, desde hace varios años, se estuvieron buscando edificios cerrados en la Ciudad y también terrenos donde poder ubicar esa más que indispensable nueva sede. No fue hasta 2016 cuando se adquirió una parcela, en la calle de Hornos Caleros, para levantar el edificio que aunara todos los servicios que esta organización humanitaria ofrece, sobre todo a las personas más vulnerables. Con el terreno en propiedad el siguiente paso era realizar el proyecto, para lo que se convocó un concurso de ideas entre arquitectos abulenses. El jurado del mismo, presidido por el presidente del Comité autonómico de Cruz Roja en Castilla y León, declaró ganadora la presentada por el estudio ‘ABLM arquitectos’ de Arturo Blanco y Laura Martinez, quienes comenzaron a desarrollar el proyecto básico, siempre en estrecho contacto con la arquitecta directora de Infraestructuras de la sede central de la Institución, para entregarlo en junio de 2017. Al mismo tiempo se pidió la licencia correspondiente al Ayuntamiento de Ávila. Cinco meses después se presentó el proyecto ejecutivo y a principios de 2018 ya había licencia municipal de obras.
El siguiente peldaño fue la convocatoria de un concurso entre empresas constructoras para adjudicar las obras de la nueva sede. Quedó desierto al ser sus ofertas superiores a lo presupuestado en el proyecto por lo que se solicitó a los arquitectos revisaran y modificaran el mismo, con la supervisión y consejos de la arquitecta de Cruz Roja, para así reducir costes. Realizados los cambios, a primeros de 2019, se renovó la licencia municipal y hubo nuevo concurso para las constructoras, que la Comisión Nacional de Finanzas concedió a la Unión Temporal de Empresas (UTE)  ‘Carrascosa de Cuenca, Electro Cuenca y Cresver 80’ por un importe cercano a los cuatro millones de euros.
Cuando teníamos la esperanza de ver trabajadores y máquinas en esos terrenos para levantar el edificio, salta el «capricho» –no hay otra manera de llamarlo– y se decide dar un frenazo en seco y suspender su ejecución. Lo justifican con un informe técnico que la Institución encarga a principios de 2020, tiempo después de haberse dado todos los pasos, a un arquitecto de Madrid para asesorar sobre la adecuación de la nueva sede a las necesidades reales y capacidad económica de Cruz Roja Ávila. En él manifiesta algunos «fallos» que lo hacen inviable. ¿Por qué no se solicitó el informe técnico antes de adjudicarse el concurso de empresas?¿Esas posibles deficiencias no se vieron y pudieron subsanar con la dirección de Infraestructuras de la organización durante el desarrollo de los proyectos básico y de ejecución? ¿Se piden informes a arquitectos ajenos para toda las obras? ¿Qué hay detrás de ello?
Es incomprensible para socios, colaboradores y voluntariado que, por irresponsabilidad, se haya estancado la sede y más que Cruz Roja haya malgastado varias decenas de miles de euros en un proyecto que no será realidad. Los arquitectos han percibido lo adeudado por sus minutas pero no aún lo que les corresponde al haber roto de manera unilateral el contrato existente. Con las empresas adjudicatarias se ha tenido que llegar a un acuerdo económico debido al desembolso ocasionado al tener que contratar personas y hacer subcontratas para el comienzo de las obras. Las licencias municipales también han costado dinero. 
Alguien tendrá que dar explicaciones, no la callada por respuesta, de los motivos que han llevado a tirar por la borda todo. Deben justificar igualmente, con argumentos convincentes, el despilfarro de tantos miles de euros. En este largo tiempo hubo varias reuniones técnicas, económicas y el proyecto ha tenido muchas miradas con lupa para que se haya ido al traste por razones que pocos entienden y no sé a quién o quienes puedan beneficiar.
Perjudicar sí a muchos, sobre todo a Cruz Roja Ávila que continua con una sede llena de carencias y pequeña para albergar al personal laboral que trabaja en la Institución, así como acoger al mucho y buen voluntariado que va a él antes y después de los servicios que prestan o a realizar cursos de reciclaje. Tampoco es el lugar adecuado y digno donde atender a la cantidad de personas que diariamente acuden a solicitar ayudas para sortear la mala situación que viven debido a distintas circunstancias, agravadas en los últimos meses por la pandemia del Coronavirus.
Es necesario adoptar una solución rápida y responsable para edificar en los terrenos de Hornos Caleros. Dejen de derrochar euros pues el edificio va a «costar un ojo de la cara» y eviten que los abulenses nos preguntemos si ¿Será la nueva sede de Cruz Roja otro palacio de Los Aguila?