Pilar Álvarez

Lo social

Pilar Álvarez


La libertad de cada ciudadano...

27/04/2022

Para garantizar este principio se estima que al promulgar ciertas leyes se debe tener en cuenta este criterio. «Lo que no puede decidir el pueblo sobre sí mismo y sus componentes  tampoco puede decidirlo el soberano sobre el pueblo».
Los seres humanos deben ser libres para seguir sus propias diferencias en los asuntos tantos políticos económicos culturales y religiosos… Por ello el Estado ha de garantizar  sus derechos y libertades con la protección de un marco legal y constitucional. Adela Cortina  enumera seis funciones básicas del Estado Liberal. Protección a la vida, mantener la seguridad, reducir el miedo y la incertidumbre, crear paz civil, asegurar el derecho a la propiedad, facilitar las transacciones comerciales, etc. Sin embargo, en este siglo XXI, algún gobernante prefiere ante la libertad individual sustituirla por la propiedad colectiva, planificación estatal de la sociedad civil, la económica bajo el control estatal y sobre todo una libertad que limita hasta el pensamiento, sin expresión individual alguna.
Si retrocedemos en el tiempo, el ideal político nacido en Grecia cuando todos los ciudadanos libres ejercitaron el derecho a discutir y decidir  sobre los asuntos de su ciudadanía. Lo que hoy ejercemos ante las urnas de votación, donde está presente la soberanía del pueblo, otorgando el poder a personas concretas. Pero el nervio y el corazón de esos gobernantes tiene que llevar varios criterios, y  valores sin interferir en el procedimiento de gobierno. Deben estar presentes en su ejercicio la igualdad, la libertad, la distribución justa de riqueza, la educación, el respeto a la ley,  a los pueblos a sus leyes, y su soberanía, etc.
Porque la libertad real del hombre es luchar por la paz. Hoy vemos como la guerra en Ucrania tiene matices que ya están reflejados en la historia de la humanidad. Muchos pueblos han llorado la independencia amenazada y perdida. Hoy una especie glacial aliento de muerte se cierne en las calles de las ciudades de Ucrania, algo que nunca debió ocurrir. Últimamente todo fueron protestas, pero día a día el impacto ante esa barbarie va relajándose, eso sí, sin olvido. Europa gobernada por los hombres libres sigue su curso, en su vida de confort, mientras la libertad del hombre ejerce el mal con la guerra, sin conciencia moral ni muro de contención, porque lo justo e injusto se encuentra también en la libertad del hombre, como el bien y el mal.
Es necesaria en la estructura psicológica del hombre la conciencia, desde este planteamiento entendemos que la conciencia moral, lejos de ser un bello invento, es el desarrollo lógico de la inteligencia, pertenece a la esencia humana, forma parte de la estructura psicológica de las personas. «He desobedecido a la ley no por querer faltar a la autoridad, sino por obedecer a la ley más importante de nuestra vida, la voz de la conciencia» (Gandhi). La conciencia hace libre al hombre, por eso un principio moral básico es no obligar a nadie a obrar contra su conciencia, teniendo en cuenta que no todas las decisiones que se tomen en conciencia sean correctas. «Sin conciencia  no habrá sentimiento de culpa, y sin sentimiento de culpa viviremos felices». Así razonan los que desde su libertad intentan suprimir la conciencia, más su pretensión es muy antigua. Hasta ahora no se ha experimentado la más mínima duda o vacilación al establecer que lo bueno tiene un valor superior a lo malo. Shakespeare nos muestra la tragedia de la ambición sin límites, más en concreto, la obra es una reflexión sobre la naturaleza de la conciencia, y las consecuencias de su transgresión.