Domingo del Prado

Los lunes de Domingo

Domingo del Prado


El 'kaso Koldo' deja buen rescoldo

11/03/2024

Cuando, otra vez, la amnistía
con polémica esperábamos,
—ya que el bueno de don Pedro
a los de Yunts perdon-ábalos—,
saltó en todas las Hispanias
un morrocotudo escándalo,
unas presuntas mordidas
y un bochornoso espectáculo:
El famoso Kaso Koldo,
un kaso bastante cáustico,
que os contaré en tono esdrújulo,
muy irónico y sarcástico:

Parece ser que don Koldo,
ex asesor de don Ábalos,
los precios de mascarillas
sin pudor él aument-ábalos,
metió mano en los dineros
y con saña amonton-ábalos;
tós los euros que mangaba,
en la su bolsa guard-ábalos;
¡Cincuenta y tantos millones
según los sesudos cálculos
de los euros del cocido
de ese rancho democrático!
Sorbió tanto kaldo Koldo,
llenó su panza hasta el máximo
que, enterada toda Hispania,
con gran fuerza critic-ábalos
y decía: —Presuntamente
son todos… ¡menudos pájaros!
¡Si encontramos uno limpio
casi hay que romper un cántaro!

Los guardias y algún periódico
con mil datos achuch-ábalos,
y a tres presuntos mangantes
presuntamente acusábanlos,
mientras las diestras, crecidas,
a viva voz abronc-ábalos.
Y hasta los de su partido,
con gran pena abomin-ábalos…
Y hasta el mismo presidente,
un presidente pragmático,
con una gran resilencia
y mucho sentido táctico,
—y dígolo de verdad,
que no quiero ser sarcástico—,
con fuerza y con grande pena
tales hechos reprob-ábalos.
Y le espetó, convencido,
con María Jesús un sábado,
con Yolanda Cierrabares,
y con las teles grabándolo:
—Coge ya tus abalorios,
tus papeles y tus bártulos,
dimite y deja pa otro
tu acta de dipu-tádico.
Estos actos son muy sucios,
así que, amiguito, lábalos.
Contestole su ex-amigo
en discurso duro y rápido:
—Te pongas como te pongas,
de la burra no me bajo,
que mis buenos asexores
hasta tú mismo apreci-ábalos.
Quedóse el bueno del Presi
bastante aturdido y lánguido,
y entre tal presi y tal ex
escuchose este diálogo,
mientras Yoli Cierrabares
con su sonrisa mir-ábalos:
—Yo no dimito, Pedrito.
—Pues tás metío en un buen fárrago.
—¡Yo no he metido la pata!
—¡Hasta los mismos astrágalos!

Ante la no dimisión
al buen presi le entró el pánico
y le echó un par de cojines,
—no quiero ser pornográfico—,
y del querido partido
al Ábalos expuls-ábalo:
—Como p´al partido eres
un problema problemático,
YO, por el bien del partido,
ejerzo de profiláctico,
y cogeré, decidido,
por las hojas nuestros rábanos
y por los cuernos al toro
que antes los dos toreábamos…
¿Cómo has sido tan palurdo,
ingenuo, torpe y gaznápiro?
¡Antes que el gallo de Koldo
emita su tercer cántico
me habrás negado tres veces
y "eso" seguirás negándolo…
—Yo no he hecho nada malo,
que me ha liado ese pájaro.
Y no dimito, Pedrito.
¡Córcholis, coñ…, repámpanos!
Y no pienso abandonar
mi escaño de diputádico.
Me exiliaré al Grupo Mixto,
aunque me tachen de pánfilo.
Así el ex, erre que erre,
a sus compas desdeñ-ábalos…

Mientras, el presi don Pedro
a los de Yunts amnisti-ábalos
y a los que nos oponemos
nos manda a freír espárragos.
Y con estas corrupciones
que algunos ya sospechábamos,
ya es hora, amados lectores
de que el romance acabáramos
resumiendo con un dicho:
Son todos… ¡menudos pájaros!
 

ARCHIVADO EN: Ávila, Precios, Amnistía