Cuando ya huelen de cerca
la jornada electoral,
los políticos de turno
ya comienzan a enredar,
y otra vez dale que dale,
que te doy, una vez más…
Hoy, por enésima vez,
—más no me puedo aguantar—
me meteré con tós ellos
que ya en plena lucha están
y andan todos a la greña
y no cesan de gritar;
aunque ninguno nos cuenta
ni nos dice lo que hará
con el voto que les demos
y que no nos pagarán.
Solo se tiran los trastos
con total impunidad
por arriba y por abajo,
por delante y por detrás.
Comenzamos por don Pedro,
—el sin par don Pedro Sán—
que, por conseguir más votos
a varias teles se va
y hasta tiene la osadía
de, tan chulo, entrevistar
en un plató muy jocoso
a ministros de su clan.
Hasta el Al Sin A en la radio,
a él se atreve a preguntar:
—¿Porqué usté, continua-miente,
miente y miente sin parar?
Que, si sigue usted mintiendo,
la nariz le crecerá
más que a Pinocho y a don
Cyr Ano de Beguerac.
¡Y no se quita esa mancha
ni dando con aguarrás!
Contéstale, muy sincero,
el trolero Pedro Sán:
—No es mentira lo que digo,
YO se lo voy a explicar:
Es un cambio de opinión,
solo un cambio, nada más…
que YO no soy tan trolero
ni soy mentiroso… ¡quiá!
Solo «cambio de opinión»,
y YO no miento jamás,
que YO soy presi «SIN CERO»,
más de un 5 ME han de dar,
que las trolas que YO meto
son inventos nada más
de aquellos que no me tragan
y a MÍ me quieren muy mal,
y me tienen ojeriza
y me quieren fastidiar.
¡Con todo lo que YO he hecho…
ya ni las gracias me dan!
Interviene don Fe y ¡Jó!,
el Gran Jefe Popular:
—Miente usté común bellaco,
¡Jo y jo! ¡qué barbaridad!
¡Deje de decir mentiras!
¡Jo, jo, jo… cállese ya!
Mas don Pedro sigue y sigue,
y hasta El Hormiguero va
a contarle al señor Motos
toda y toda la verdad…
Enterado, don Fe y ¡Jó!
de tamaña necedad,
súbese también al Motos
y se pone a «hormiguear».
¡Jó! ¡Vaya par de hormiguitas
el don ¡Jo! y el señor Sán!
Más que hormigas, son cigarras
que no cesan de cantar...
—Vamos a contar mentiras,
—Tralará, lará y lará…
Mientras estos dos discuten
sobre pactos y demás,
se dicen y se desdicen
como dijo Groucho Marx:
—Si no gustan mis principios,
pues yo los puedo cambiar…
Prosiguen las discusiones:
—Que tú con Vox pactarás,
que eres de derecha extrema,
igual que el Santi Habas Cal.
—¡Y tú pactarás con Bildu…
—¿Con Vil Du yo? ¡No, jamás!
—Que sí, pactador patoso
—¿Patoso yo? ¡Y tú más!
En esto, «yega Llolanda»
a enseñarnos a SUMAR:
—Una y uno suman dos,
dos y dos son cinco o más,
y eso que yo resto una
que vive en Galapagar…
Tapones en las orejas
habremos de colocar,
que estas «moscas cojoneras»
no nos dejarán en paz
hasta después de la cita
veraniega-electoral.
Arreglen nuestros problemas,
calle tanto charlatán,
y cesen los mangoneos,
que eso de mangonear
a las diestras y siniestras
bastante bien se les da.
Que tengan feliz campaña
y un jocoso recital
de mentiras y patrañas…
y piropos de: —¡Y tú más!
¡Saquen ya todos entradas,
que comienza el festival!