Los mayores también reciben a los Reyes Magos

E.Carretero
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Antes de 'enfrentarse' a su gran noche Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron una parada en la residencia El Cerrillo, de Navarredondilla, donde los residentes les recibieron con emoción y aprovecharon para pedir salud para sus familias

Los mayores también reciben a los Reyes Magos

La de Reyes es, sin duda, la noche más mágica del año. Tanto que a muchos les cuesta contener la emoción y conciliar el sueño pensando en la llegada de los Magos de Oriente. Y no es para menos porque más de 2.000 años después Gaspar, Melchor y Baltasar siguen cumpliendo con una tradición mágica de la que disfrutan especialmente los niños, pero no solo ellos. Es más, para los más mayores la llegada de los tres magos de Oriente también es muy especial. Y si no que se lo pregunten a los residentes de El Cerrillo, en Navarredondilla, donde la víspera del Día de Reyes sus Majestades de Oriente, acompañados por sus fieles pajes, realizaron una visita muy especial. 

No es la primera vez que Melchor, Gaspar y Baltasar paran en esta residencia antes de 'enfrentarse' a la que es su gran noche. Lo hacen, como recuerda José María Izquierdo, gerente de esta residencia, todos los años la víspera del 6 de enero desde que El Cerrillo abrió sus puertas, hace ya casi 18 años. Y es que, cuenta el responsable de este centro residencial, la ilusión de quienes viven aquí por recibir la visita de los Reyes Magos es inmensa y muy esperada. 

«Les hace mucha ilusión, incluso más que a los niños», reconoce Izquierdo al hablar de esta visita tan especial a la que no faltaron ninguno de los 46 residentes de este centro residencial. Ni siquiera Ciriaco, que con sus cien años ya cumplidos es el más mayor de la residencia y también uno de los que más ganas tenía de poder saludar a Melchor, Gaspar y Baltasar. También con mucha ilusión esperaban a los Magos de Oriente Anastasia y Fabiana, ambas de 98 años, y las dos mujeres más longevas de esta residencia donde la llegada de los Reyes Magos se convirtió en una verdadera fiesta. 

A diferencia de los más pequeños, que suelen aprovechar la visita de los famosos reyes para recordarles lo buenos que han sido durante el año, o para comprometerse a intentar ser algo más obedientes en el presente, y todo con el objetivo de recibir los regalos deseados, los residentes de El Cerrillo, y en  general las personas más mayores, son muy generosos en sus peticiones. «La mayoría solo pide salud para sus hijos y nietos», desvela Izquierdo un deseo colectivo entre quienes habitan en esta pequeña residencia que, asegura, es «lo más parecido a un hogar» tanto para las cerca de 50 personas que aquí viven como para los 22 trabajadores que hacen más fácil y cómoda la vida aquí de estos mayores. 

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