Entre la resignación y el desconocimiento

B.M
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Viajeros de Ávila llegaron en la estación sin conocer cómo se haría el trayecto. Había autobuses habilitados en el Paseo de Don Carmelo

Entre la resignación y el desconocimiento - Foto: David Castro

El relato de lo que ha sucedido con el descarrilamiento del tren en Arévalo tiene una visión diferente, al menos en cuanto a las consecuencias, cuando la narrativa es la de los usuarios. Así sucedió en el caso de los viajeros que iban a coger el tren en Ávila a diferentes destinos pero con un trayecto que pasaba por la línea a Medina del Campo, y que se movían entre la resignación y el desconocimiento.

En la estación de tren de la capital abulense, al menos para el tren que salía a las 14,05, no se veía la información del problema en las pantallas ni había carteles que señalaran la situación. Sí que es cierto que en la estación estaba al menos una persona buscando a los viajeros para reunirlos y dirigirse a la zona donde se encontraban los autobuses para hacer el trayecto al estar cerrada la vía teniendo en cuenta que la salida no era desde la propia estación.

Allí se encontraba Alba a quien, al preguntarla sobre lo sucedido, se mostraba sorprendida y señalaba que no la habían avisado. «Por qué no está en el panel?», se preguntaba, y aseguraba que ella es una viajera diaria en el trayecto Ávila-Valladolid por motivos de trabajo y no lo sabía. «Ni un correo ni nada», señalaba, aunque el día anterior sí se hubiera informado de la situación, no se reflejó que continuaba el problema. Mientras ella conocía lo sucedido, el trabajador seguía reuniendo a las personas que esperaban en la estación subir al tren, reuniéndolas con quienes llegaban en los vagones a los que los 'abulenses' debían subirse puesto que Ávila solo era una parada en el viaje. Todos tuvieron que hacer una parte del recorrido en bus, como si fuera un transbordo, para después volver al tren a partir de Medina del Campo. Juntos, guiados por el trabajador, se dirigieron hacia la zona del paseo Don Carmelo donde esperaban tres autobuses para hacer el recorrido. Aunque se oía algún murmullo de indignación, más que nada la preocupación era no perder el autobús y, sobre todo, ver cómo se iban a ver afectados en tiempo.

María Victoria señalaba que se había enterado por la mañana pero no porque Renfe lo hubiera puesto en la aplicación sino porque la había avisado una amiga. Ella hace a menudo este camino hacia Burgos y lo que hizo fue es ir antes a la estación para ver qué sucedía y recibió la información. María reconocía que había salido en las noticias y así fue como se enteró del problema. También ella es una viajera habitual, que va a Burgos cada fin de semana, y que señalaba que la información que la habían dado en la estación «estaba bien». También es habitual Diego, que no tenía «ni idea» hasta que llegó a la estación y le informaron. Él viaja todos los fines de semana a Burgos y sus viajes se motivan por los estudios. No recibió ningún mensaje pero al llegar se lo comunicaron y pudo dirigirse al autobús.