Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


Un trago de glifosfato y la mariquita de 7 puntos

23/11/2023

Hace ya unas semanas que comenzó un pequeño viaje migratorio de unos seres minúsculos, pero interesantes y atractivos a la vez; además de aliados indiscutibles de los hortelanos y agricultores por la cantidad de pulgones que consumen. Una sola mariquita es capaz de devorar más de 2.000 pulgones por temporada, lo que hace una media aproximada de entre 50 y 200 al día, según las circunstancias ambientales.

Es probablemente el insecto más conocido no sólo en nuestro país, sino en toda Europa; prueba de ello es que según indica el cuadernillo de El Cárabo que he estado hojeando estos días, puede recibir hasta 700 nombres populares en más de cincuenta lenguas.

Enorme variedad de puntos en sus elitros tiene esta especie, pero la más conocida por ser la más común es la que presenta siete sobre sus alas y que, como comentaba al principio del artículo, durante estos días es cuando realiza o ha realizado ya, una pequeña marcha hacia las serranías, donde se agruparán para pasar el invierno.

A muchos de los lectores les resultará extraño que ante la llegada inminente del frío, estos pequeños seres en lugar de bajar hacia tierras teóricamente más cálidas les dé por subir hacia las alturas, aunque siempre respetando un límite altitudinal. Este detalle y otros muchos más nos lo explican en el número 97 de este trimestre en la revista antes mencionada, donde también se habla de sus notables concentraciones entre las grietas y las piedras e incluso bajo la hojarasca; algo que he podido comprobar personalmente en más de una ocasión en los campos de nuestras tierras abulenses. Después de leer los dos últimos números de esta publicación dedicados precisamente a este hermoso y a la vez feroz devorador de insectos nocivos, ya no se le puede mirar igual que antes porque es impresionante su vida y existencia, además de los beneficios que ofrece al ser humano, no sólo por la cantidad de áfidos de los que se alimenta, sino también por la impronta que tiene esta pequeña joya viviente en la sabiduría y refranero popular, donde aparece en canciones de todo tipo que invitan a que se pasee por nuestros dedos y eche a volar en paz y libertad. ¿Quién no ha tenido una mariquita entre sus dedos y la ha contemplado con curiosidad?

Y ensimismado leyendo la historia de uno de los mejores insecticidas naturales y ecológicos, recibo la mala noticia de que la Comunidad Europea ha aprobado el seguir utilizando uno de los químicos más populares y presuntamente más nocivos por su uso casi indiscriminado: el glifosfato sobre el que hay un tremendo lío no sobre su toxicidad que ya parece más o menos reconocida, a pesar de las campañas de los grandes lobbies, para anunciarlo como inocuo e incluso, exagerando algo su engaño "sabroso al paladar", los estados miembros son conscientes de la dificultad de adaptación de los agricultores, con un uso actual masivo, hacia otros métodos o prácticas mucho más sanas, menos tóxicas y ambientalmente sostenibles.

De todos los modos no me ha extrañado ni un ápice esta renovación y mucho menos que España haya estado a favor de seguir utilizándolo, despreciando por completo el principio de precaución y cediendo ante la presión y de los informes interesados de las poderosas agroquímicas.

Nuestro propio Ministerio de Consumo ya anunció este verano que cada año se detectan más residuos de plaguicidas en los productos que compramos, y eso que sólo se analiza una pequeña parte de lo puesto en el mercado. Y a pesar de la teórica intención de la UE de rebajar al máximo su uso, con medidas como esta última parecen ir hacia atrás como los cangrejos, aunque algunos países parecen mostrarse más cautos y comprometidos con la salud de sus ciudadanos y están comenzando a limitar al máximo e incluso prohibir su uso a pesar de esta moratoria. Sólo el consumidor puede ser capaz de forzar una agricultura más sana y sostenible exigiendo productos ecológicos y que los que adquirimos en el mercado vengan etiquetados convenientemente para saber al menos su trazabilidad y los químicos que se han utilizado en toda la cadena alimentaria. :-(

mariquita devorando pulgones

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