Domingo del Prado

Los lunes de Domingo

Domingo del Prado


¡Nos han mojado la oreja!

24/05/2021

Voy a contaros a todos,
cual cronista de la época,
los dimes y los diretes
de dos semanas intensas.
Hoy hablaré de “Morocco”
y espero que no se ofenda
el Monarca Mohamed,
el que nos mojó la oreja
y a todos nos tuvo en vilo
ante la “invasión” de Ceuta.
El tal Mohamed citado
no nos perdonó la afrenta
de que al “Jefe Polis Ario”
en Logroño lo atendieran.
El tal Mohamed, muy listo,
de tal argucia se entera,
y él solo, sin previo aviso
invade Ceuta a lo bestia:
—¡Largu de H´amal akí,
pa la Pinínsula y BériKa!
Don Mohamed, por favor,
ciérrenos pronto la puerta
y, de paso, si le place, 
a ver si, por fin, ya deja
de tocarnos, sin pudor,
lo que hay entre las piernas…

Como los buenos toreros
el famoso diestro Iglesias,
—y diestro por ser torero,
no por ser de la derecha—,
días después del “Ayusazo”,
va y… se corta la coleta,
y queda desmelenado,
con una pinta tan buena
—su coleta era más larga
que sin pan una cuaresma
y estaba el pobre hasta el moño
de la pifia madrileña—,
que a lo ancho de la Hispania
fue noticia de primera:
Diéronlo todas las teles,
hasta La Cuatro y “La Secta”,
que es raro que las dos hablen
de políticos de izquierdas.

Y, entretando, don Tezanos,
nos saca una nueva encuesta:
Más del noventa por ciento 
añoran moño y coleta,
y media España se admira 
ante tan linda cabeza
y unos le dicen: —¡Qué guapo!
y otros le dicen: —¡Qué pena!
—o Qué peno, si él es macho,
o Qué pene, si se tercia—.

¿Pero a mí qué más me dan
las intrigas peluqueras?
Lo importante son los ERES,
el reflotar las empresas,
que baje por fin el paro,
que el virus desaparezca,
y no nos cobren peaje
por usar las carreteras,
por toser, por respirar
y contemplar las estrellas…
¡Si es que nos hacer tragar
con carros y con carretas!

Mientras, la Menistra Darias
sigue con sus dudas tercas
y no se aclara la probe
si La Faifer o Astrazéneca,
y deja a los ciudadanos
que la elijan por su cuenta.
¡Ay, vacunas a la carta!
¡La menistra, qué bien piensa!
Como yo estoy indeciso,
echo al aire una moneda;
si el óbolo sale cara,
que me pongan “la de Séneca”, 
y si sale cruz, entonces,
que me pongan el par de ellas.

El bueno del Pedropresi
sigue estando en Las Batuecas
—o en Babia, que es otro sitio
de Llión y de Castiella—
y lavándose las manos,
como Pilatos hiciera,
en una amplia palangana
que Iván Redondo le presta,
tan redonda como él,
y con jabones de oferta
que eso de “darse jabón”
es arte de Presidencia.
¡17 Autonomías!

¡Cada loco con su tema!
Políticos, ¿cuántos pájaros
vuelan en vuestras cabezas?
¿O pensáis con esas cosas
que tenéis entre las piernas?
—O piernos, que me refiero
tanto a ellos como a ellas—.
Como el tal don Pedropresi
estos problemas no arregla,
quiere arreglar el futuro
y propone, “pa el cincuenta”,
el atar con longanizas
todos los perros y perras.
¡Cuán largo me lo fiáis,
póngamelo usted más cerca!
¿Qué pasará? ¿Quién lo sabe,
en esas lejanas fechas?
¡Arréglenos lo de hoy
y déjese de monsergas!

Y con esto me despido,
que la hoja ya está llena:
Don Mojamed, por favor,
no nos moje más la oreja!