Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


El entorno de Fuentebuena, una asignatura pendiente

04/11/2021

El camino hacia Fuentebuena es uno de los más recorridos por los abulenses, sobre todo por los residentes en la zona norte de la ciudad amurallada. Creo recordar que hace más de un año y en una columna similar a esta comentaba la necesidad de acondicionar el mismo para el disfrute de los numerosos caminantes que se acercan hasta allí a coger agua, a pesar de que no está tratada y viendo los últimos análisis efectuados sobre ella este mismo año, no es muy aconsejable que digamos. Pero son muchos los que no renuncian a utilizarlo y parece que no les sienta mal.

Independientemente de si se quiere usar el líquido o no, el camino a este manantial partiendo de la carretera que sube hacia el cementerio es algo recomendable para los que no lo hayan hecho nunca porque se contemplan unas vistas excepcionales de la ciudad amurallada desde dos o tres promontorios que hay en varias escalas del recorrido. Y a lo mejor el caminante hasta tiene suerte y no se encuentra ningún montón de basuras o escombros porque ese es el punto negativo de la mencionada ruta.

La facilidad de acceso a los vehículos no sólo por el camino principal, sino por otros muchos que se entrecruzan con él formando una inadmisible red de senderos y rodadas, permite que coches, furgonetas e incluso camiones se adentren y oculten entre ellos y arrojen todo tipo de basuras y escombros que poco a poco se van acumulando a los lados y, aunque algunas veces hemos comprobado que tras denunciarlo se retiran, al poco tiempo todo sigue igual, o peor, porque la falta de educación ante la naturaleza es evidente por parte de algunos.

Está claro que ante tales atropellos a la Natura, una solución factible sería dejar un único camino hacia la fuente que permita sólo por él el acceso de vehículos, y cerrar todos los periféricos mediante piedras o vallas que eviten la intrusión de los coches en el campo. Ya de paso no sería mucho pedir que se adecentara este acceso principal y se plantaran bastantes árboles en alguna de las sendas peatonales realizadas a base de caminar sobre el terreno, algo que permitiría hacer el recorrido mucho más agradable y atractivo.

Ávila no posee precisamente un cinturón verde a su alrededor y aunque la parte sur gracias a El Soto y el río Chico nos da un pequeño respiro de forma natural, aún falta mucho por hacer y tal vez sería el momento de ir pensando en este tipo de plantaciones y su cuidado posterior claro, porque son ya numerosas las veces que hemos contemplado cómo se efectúa una plantación, se hace la foto, y ahí se queda hasta que se seca porque no se riega nunca.

Puestos a sugerir tampoco estaría mal la creación de un carril bici hasta la misma fuente que comunique con el existente que parte desde La Viña y llega hasta el maloliente embalse de las tormentas.

Mientras que en la zona sur de la ciudad sí que existen proyectos y acciones que permiten buenos paseos y caminatas entre árboles, el norte se encuentra muy abandonado desde siempre y ya es necesario que se ejecuten este tipo de acciones o al menos que se piense seriamente en ellas.

Ayer precisamente me acerqué a contemplar el atardecer desde el camino de Fuentebuena. Impresionante ver ponerse en sol tras la sierra de Ávila asomando entre los claros de un cielo nuboso. Al Sur el hermoso lienzo de nuestras emblemáticas murallas.

Después miré a la derecha y un camión metido fuera de un camino; un poco más abajo, un monovolumen en otro. Unos metros más allá dos montones de escombros con basuras variadas. Y siguiendo caminando por una de las sendas, cajetillas de tabaco por los suelos, unas cuantas latas de bebidas y bastantes plásticos. Pensé: "hay gente que debería quedarse en casa en lugar de salir a pasear por la naturaleza".

Y me vino a la memoria los constantes incendios que ocurren en esta zona todos los veranos, posiblemente fruto del efecto lupa producido por el sol sobre los cristales que también hay por el suelo, o simplemente por la imprudencia o mala fe de algún desalmado.

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