M. Rafael Sánchez

La mirada escrita

M. Rafael Sánchez


La seducción por lo infinito

21/12/2020

Jeremías dejó escrita esta plegaria dirigida a su Dios: Me has seducido, Yahvé, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido. Estas palabras del profeta responden a un ansia latente en el ser humano y a la que algunos dan respuesta: la de ser atrapados por algo tan intenso, que la vida se entrega a su experiencia y conocimiento. Hay quien lo denomina despertar, para otros la palabra adecuada es llamada, o misterio, o encuentro... Son los caminos en los que las vías místicas de las diferentes religiones llegan a encontrarse, reconocerse, respetarse. El verdadero y más posible camino del ecumenismo transita por estas sendas, no por las autopistas de los dogmas y rituales, que suelen ser siempre motivos de controversia y enfrentamiento entre las diferentes religiones, y que tanta sangre ha hecho derramar a lo largo de los tiempos y que aún hoy en día sigue derramando. 
Las respuestas que el ser humano ha ido dando a esta seducción por lo infinito, han sido muy diferentes unas de otras a lo largo y ancho de este mundo y de los tiempos. En la multiplicidad de estas respuestas están las diferentes religiones, las filosofías y las vías de conocimiento. Pero no es exclusiva de la religión la experiencia mística, pues seguir una fe determinada no conlleva la experiencia interior –es más, la carga de ortodoxia, fanatismo o rigidez que muchos aplican a la vivencia religiosa, anula la vía espiritual-, ni la renuncia a un credo anula la vida interior. En El alma del ateísmo, el filósofo André Comte-Sponville lo define muy bien cuando escribe que Los ateos no poseen menos alma que los demás. ¿Por qué se iban a interesar menos por la vida espiritual? Ernesto Sábato, en una entrevista colgada en la red expresa que Soy un espíritu religioso, no eclesiástico. Y los comunistas me consideran reaccionario porque hablo que la vida y la muerte son sagradas.
La semana pasada recordábamos que hace cuatrocientos veintinueve años, moría san Juan de la Cruz. El místico, escritor y santo que es más universal como poseedor al tiempo de esas tres cualidades. Ha sido y es inspiración para millares de personas que buscan una vía espiritual a sus vidas, sean creyentes católicos o de otra religión, o no lo sean de ninguna. En sus Avisos y sentencias espirituales, en la número 161 escribe que Entra en cuenta con tu razón para hacer lo que ella te dice en el camino de Dios, y valdráte más para con tu Dios que todas las obras que sin esta advertencia haces y que todos los sabores espirituales que pretendes. 
La vía espiritual tendría que abrirse camino en una humanidad más plena. Al no ser feudo exclusivo de las religiones, aquel que rechaza la religión no tendría por qué rechazar el explorar la vivencia de su propio espíritu. Y aquel que se reconoce creyente, si en verdad viviera en espíritu, seguiría esa inspiración que lo alejaría de las diferencias que lo pueden conducir a la intolerancia.