Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


Talas «encubiertas» en muchas carreteras abulenses

04/11/2020

MUCHAS de las vías que conectan con la capital abulense, y otras provinciales de menor entidad muestran centenares de árboles secos (sí, centenares), que han sucumbido ante la constante tortura a las que se les somete de forma constante, con unos desmoches exagerados que parecen indicar que lo que se  desea es acabar con ellos, pero sin que parezca una tala real, pero a la vista está.
Aunque es una acción lamentable que personalmente vengo observando desde hace varios años, en esta ocasión han sido ya varias personas las que se han puesto en contacto conmigo durante los últimos días manifestando su indignación por este hecho, e indicando que siguen haciéndolo en estas fechas, en teoría con unos camiones en los que está rotulado «mantenimiento» ¿mantenimiento de qué? Está claro que a algunos les das una motosierra y se les va la mano por completo.
La poda de árboles no es algo que pueda hacerse «a destajo» y sin contemplaciones. Cualquier manual básico de jardinería tanto ornamental como productivo considera los desmoches de este tipo como verdaderos atropellos contra estos enormes seres vivos y que sólo deben realizarse ante árboles enfermos o que ofrezcan peligro. Algo que no responde precisamente a lo que se está haciendo en muchas de nuestras carreteras.
Realmente están convirtiendo a los enormes y majestuosos chopos originales en cadavéricos «postes de teléfono». Dejan prácticamente su tronco pelado, sin apenas ramas secundarias, algo que les condenará a una muerte segura o como mal menor a un grave deterioro de su integridad, ya que enfermarán, se debilitarán y acabarán perdiendo su fortaleza constituyendo entonces un verdadero peligro para los conductores.
Además, he contemplado cómo encima no se respetan ni la inclinación adecuada de los cortes, ni por supuesto se cubre con fungicida o brea los mismos, por lo que los hongos y enfermedades se van a instalar en una sola temporada sobre ellos y van a acabar, poco a poco con su vida; «pero vamos, como parece que es lo que pretenden»...
Animo desde estas páginas a los «desmochadores» o a los que les dan las órdenes, a ser más conscientes de que los árboles son los pulmones de nuestra tierra y que casi nunca es necesario mutilarlos de esa manera. Eso sí, «leña sacan por un tubo»...  :-(