Volvieron las esperadas nieves, y por suerte, al menos cuando escribo estas líneas, en la ciudad no han sido muy abundantes. Eso sí, lo poco que ha caído se ha convertido en hielo durante la noche, ofreciendo una alta peligrosidad tanto a los automóviles como a los peatones debido a la formación de placas tanto en algunas calzadas como en unas cuantas aceras.

Y hablando de los automóviles, aunque la cantidad caída ha sido mínima y como norma general la circulación en las principales vías de la capital y las que inician su salida a otros lugares de la provincia no han tenido serias incidencias, hay un tramo casi en pleno casco urbano que como en otras ocasiones queda relegado al paso de los camiones que esparcen sal, poniendo en peligro a muchos conductores que se ven obligados a pasar por él a primera hora de la mañana, y que yo también he sufrido en años anteriores, comprobándolo de nuevo este 2023.

Se trata del trecho de carretera que al salir de la ciudad y pasar el puente Adaja, gira hacia la izquierda y comunica con la rotonda que enlaza con el llamado "puente del Papa" y que enlaza con la N403 que va hacia Piedrahíta. Si no me equivoco ese tramo queda siempre marginado de la limpieza de la nieve y del mantenimiento mencionado, o al menos eso es lo que parece.

Es como si los vehículos que echan la sal desde la ciudad cruzaran el puente Adaja y siguieran hacia su derecha esparciendo el fundente, y los que llegan desde "el puente del Papa" a la rotonda mencionada siguieran por la N 403 también hacia la izquierda, dejando el trozo que une ambas en un limbo, como si fuera invisible a los operarios y planificadores del plan de nevadas que se vé que no pasan nunca por ahí.

Son muchas las personas que circulan por ese lugar, sobre todo a primeras horas de la mañana, que ven peligrar su integridad; más aún al estar tan cercano al río posee una humedad siempre más alta que en otras zonas, y el hielo con las temperaturas bajo cero se ceba más allí. Otros inviernos también he mencionado esto mismo, pero parece que no hacen ni caso, o las competencias sobre ese tramo no están bien definidas. ¿Serán del Ayuntamiento? ¿Serán de la Junta de Castilla y León? ¿De la Diputación? ¿De Perico el de los Palotes?

Vaya usted a saber, pero una vez más, como dice un sabio y certero refrán: "unos por otros la casa sin barrer y el problema sin resolver". Se ve que muchos de nuestros políticos no madrugan tanto ni pasan por allí como los trabajadores del polígono de la Colilla o la fábrica de Elgorriaga que sufren en inviernos con nieve y hielo esta falta de planificación.

¿Se darán por aludidos esta vez y buscarán soluciones?

Otro tema también curioso es la pintura generosamente vertida en los pasos de peatones en general, pero en la carretera de Madrid a su paso por la capital en particular. Todos somos viandantes en algún momento, y he contemplado más de una vez cómo esta pintura blanca con la mínima humedad y no digamos si hay algo de hielo, se convierte en una pista de patinaje y un peligro para los que cruzan por allí cuando está mojada. En más de una ocasión he contemplado alguna caída y muchos resbalones en pleno paso. Además si un coche frena sobre la misma se meterá hasta en medio del paso de cebra y pillará a quien pase por él a no ser que sea muy ágil y de un buen salto como en la película de "Matrix". Creo que deberían pintarse esas líneas con una pintura rugosa o granulada como hacen en otros lugares. Eso sí. Será más cara, pero garantiza nuestra seguridad. O al menos debería hacerse en lugares donde el sol apenas incide durante el día o la humedad se acumula como es el lienzo norte amurallado, o la zona bajo la iglesia de San Vicente donde ya he visto caerse a varias personas en pleno paso y yo mismo he sufrido más de un resbalón a pesar de que procuro no pisar en lo pintado por lo que pueda ocurrir y aún me encuentro lo suficientemente ágil como para patinar involuntariamente y no caerme al suelo, "por ahora". :-()