M. Rafael Sánchez

La mirada escrita

M. Rafael Sánchez


Homenaje, recuerdo... monólogo

25/07/2021

Es el último número de de la revista literaria abulense EL COBAYA una trinidad de buena literatura donde poder beber en las diferentes aguas de la fértil poesía, el ensayo breve y el teatro de andanzas. Y gira en torno a tres grandes autores: Minerva Margarita Villareal, José Jiménez Lozano y José Luis Alonso de Santos. Los dos primeros, fallecidos en los dos últimos años, reciben así un merecido recuerdo a través de quienes los conocieron en la amistad y en la escritura.
“Ahora que me entrego / mi realidad se multiplica” son versos que Minerva Margarita Villareal publicó en su poemario Tálamo. Hoy, entregada ya a la historia y formando parte de ella, se multiplica en las palabras que sus amigos la dedican con emoción y admiración. Me recuerda Minerva, en esa su fertilidad, a las arañas de Louise Bourgeois cuyas largas patas defienden la puesta de huevos que dentro lleva y, al tiempo, tejen su tela con palabras como una amanuense amante. Minerva tenía dones para la escritura y una humanidad poliédrica y libre que conocemos en este número a través de sus propios poemas y los de más de cinco decenas de amigos, amén de algunos ensayos en torno a su obra. Nos encontramos ante una enorme catarata de afectos que derraman ríos de palabras. Ha sido un feliz encuentro abrir este ejemplar y conocer así a Minerva.
José Luis Alonso de Santos consiguió con “Mil amaneceres” el  XVII Premio de la Crítica de Castilla y León. Es un monólogo delicioso que nos narra las andanzas de un par de ex-galeotes en el siglo XVII español a la manera de una novela picaresca.
Culmina este ejemplar con un recuerdo al Premio Cervantes abulense José Jiménez Lozano. Prolífico escritor al que algunos califican el Montaigne español, cultivó casi todos los géneros literarios y en este breve acercamiento a su obra que le dedica la revista podemos vislumbrar su uso de la poesía como reflexión existencial y su profunda raíz castellana en ese amor a su paisaje que refleja en relatos y ensayos. No he de nombrar ninguna de las colaboraciones a él dedicadas, salvo lanzar el aviso de no perderse algunas de ellas, rebosantes de calidad y claridad.
Todas las adendas –metafóricamente hablando- que hacen que una edición sea de alta calidad, las cumple con creces este número, pues papel, formato y, sobre todo ilustraciones, son reflejo de un cuidado, mimo y esfuerzo notables. 
Desaparecidos Minerva y Jiménez Lozano, valgan estos versos del último como recuerdo final. “Un gorrioncillo muerto / pesa lo que un ángel en la mano, / como una montaña inmensa, / en el ánima.”