Gabriela Torregrosa Benavent

Cosas veredes

Gabriela Torregrosa Benavent


Penélope

05/02/2024

No, en esta ocasión no hablaré de la preciosa canción de Serrat con ese título, que conocemos bien quienes ya apilamos años en el DNI. Tampoco de la actriz madrileña que dio el salto a Hollywood con éxito. La persona a la que me refiero es el leal personaje de la Odisea que, aguardando una vuelta de su marido que se prolonga más allá de lo razonable, se ve obligada a aceptar un nuevo esposo, y dilata ese temido momento, programado para cuando termine de tejer el sudario de Laertes, utilizando la estratagema de deshacer por la noche la parte de la labor que completa de día.
En Ávila entendemos bien ese proceder de hacer y deshacer, de regresar a la casilla de salida, de vuelta la burra al trigo o como se llame esa filosofía de moverse sin avanzar, que de puro banal no tiene ni nombre. Por eso trataré de bautizarla aquí, en diversas acepciones:
Obras ovillo: ¿Que la Diputación ha arreglado una calle y justo acabamos de retirar las vallas tras el final de la obra? Pues ese mismo día (¿para qué esperar?) el Ayuntamiento aparece por allí y la destripa de nuevo, alegando tal o cual subvención y que la actuación es diferente, aunque el hoyo sea prácticamente el mismo. Lo de coordinarse para ahorrar tiempo, esfuerzo, dinero público y molestias a los vecinos, es indiferente. Lo importante es que a uno lo vean enredar. 
Políticos multicolor: ¿Que la ciudadanía se duele extensamente de un proceder desafortunado y arraigado en el tiempo por parte de un partido, peligrando para este el resultado satisfactorio en las siguientes urnas? Pues algunos políticos de él lo abandonan, se inventan otro partido con otro color, critican virulentamente lo que hicieron ellos mismos hace cuatro días y prometen lo que el mes pasado denostaban. Que luego si ganan las elecciones no haya ningún avance como dictaba el sentido común, no es relevante. Lo importante es cambiar para que nada cambie.
Esta vez sí: ¿Que se produce la alternancia para ocupar el sillón, de uno u otro tipo? Pues reflota el sentimiento de que llega la definitiva, que ahora todo será posible. Tren, peaje, Prado, mientras cambian las caras llevando la pancarta, las manos votando iniciativas, las voces reivindicando ante oídos sordos. El paso de meses y años de legislatura entre parálisis e inacción irá desinflando a los partidarios de unos y otros, mientras estos se tiran los trastos. Lo importante es tener a quien culpar.
Agua de borrajas: ¿Que se elabora un plan, una estrategia, un esquema, de abastecimiento de agua para la ciudad, que dejará atrás para siempre el centenario problema de no poder afrontar episodios prolongados de sequía? Pues se anuncia, se firma solemnemente, se cantan sus bondades, y justo llegado el momento crítico de ejecutarlo, todo hace aguas: otros expertos desdicen a los primeros, otros objetivos son más atractivos para destinar los pingües cuartos, y el proyecto se olvida y abandona para acordarse de él solo cuando vuelven los malos años hidrológicos. Lo importante es que llueva.
Esta ley del eterno retorno es tan responsable de alejarnos de la ansiada convergencia con otros lugares de nuestro entorno como todas las deudas históricas. La tenemos tan cerca que muchas veces ya ni la vemos, ni la notamos. Bah, pelillos a la mar, aquí no ha pasado nada. Y ese es, precisamente, el problema.

ARCHIVADO EN: Ávila, Hollywood