Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


Sacyl abulense: Las listas de espera que a muchos desesperan

23/05/2024

De casi todos es sabido, y de muchos sufrido, el tema de las listas de espera de la sanidad pública en nuestra ciudad. Parece un mal endémico en todo el país, pero en un tema tan delicado como este, no sirve ese refrán tan manido de "mal de muchos…" porque cuando se habla de salud son palabras mayores y merece mucha más atención y más rápida acción que otros asuntos más banales.

Aunque el problema de las interminables listas de espera para conseguir consulta, puede ser algo menos agobiante en el caso de los médicos de cabecera, en numerosas ocasiones también resulta muy complicado pillar cita la misma semana que la solicitas, y casi delirante si perteneces al centro Ávila Norte trasladado provisionalmente de lugar y donde el caos, la masificación por el espacio escaso y mal distribuido, y la compleja y escasa accesibilidad para acceder al piso superior, es uno de los temas más comentados por los usuarios que argumentan que más vale que se hubiera construido uno nuevo, más moderno, con más fácil aparcamiento y acceso, en lugar de efectuar una reforma del vetusto edificio actual cuyo resultado están por ver. Ojalá sea el que los enfermos y empleados necesitan.

Si la demora en los centros y profesionales mencionados puede ser aceptable en ocasiones, otro tema es cuando hablamos de algunas especialidades como pueden ser las ecografías o conseguir una consulta en traumatología que, aunque suene a cachondeo para los que no lo sufren, llega a años de demora.

Pero para que los lectores que por suerte no padecen este tipo de problemas lo comprendan mejor, voy a poner un ejemplo real y muy reciente de una persona conocida. Es decir, aunque lo parezca, no es ficción, sino triste y pura realidad:

Ante un dolor agudo en un brazo, la persona mencionada siguiendo el protocolo que Sanidad nos indica que debemos seguir, pide cita a la doctora de cabecera; tras una radiografía previa donde no puede apreciarse apenas nada al no ser problema óseo, pide una ecografía para valorar correctamente músculos y tendón; y aquí empieza "el cachondeo": La cita de la eco es para dentro de un año. "Alucina vecina". Si fuera para un control tras un certero diagnóstico sería aceptable, pero para una valoración inicial, con dolor que impide la movilidad normal es un poco surrealista.

Pues bien, tras un año de espera con un brazo "a la virulé" llega el momento; se valora la ecografía y comprobando que había un desgarro un un tendón que efectivamente debía haber causado bastante dolor -"dígamelo usted a mi, pensaría la paciente que llevo un año así"-, le pide cita con el traumatólogo...

¿Para cuándo será?

Pues, hace sólo unos días se despeja esta incógnita: aunque no estamos en un país tercermundista, es para dentro de otro año. Es decir que desde el problema físico, hasta que se pueda actuar o dar unas pautas para no agravar la lesión van a pasar más de dos años.

Esto es algo inaudito, vergonzoso, inadmisible, inconcebible y cuantos adjetivos calificativos más quiera añadir el lector.

Está claro que los profesionales de la sanidad no tienen la culpa y la mayoría hacen lo que pueden, pero la gestión de los mismos, la deficiente y escasa contratación de estos en la sanidad pública es patente, y en Ávila también la sufrimos bastante, por lo que no debemos asumir como propio el refrán anteriormente mencionado "mal de muchos…" sino efectuar las protestas y reclamaciones pertinentes para que los gerentes vean que los usuarios de la sanidad pública no son "...tontos", sino que como corresponde a su nombre son "pacientes". Y es que sí, demasiado paciencia tenemos en ocasiones.

¡Por una sanidad abulense pública coherente, decente y digna para todos! :-(