El tiempo de Feijóo

Maricruz Sánchez (SPC)
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El líder del PP cuenta con un mes para tratar de sumar los cuatro apoyos que le faltan para sacar adelante su investidura, un objetivo que confía lograr «hablando con todos» menos Bildu

El popular se aferra a su victoria el 23-J y apela a la necesidad de evitar un Gobierno condicionado por Bildu y Puigdemont. - Foto: Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)

Es el líder del partido más votado en las pasadas elecciones generales del 23-J y, en virtud de ello, fue designado por el Rey Felipe VI candidato a la investidura. Pero, para llegar a ser presidente del Gobierno de España, Alberto Núñez Feijóo emprenderá la próxima semana un complicado camino. Un recorrido con un final marcado, el debate de investidura fijado para los próximos días 26 y 27 de septiembre, en el que tratará de conseguir los apoyos que le separan de la Moncloa.

En este empeño, Feijóo contactará a partir del lunes con todas las formaciones políticas, salvo EH Bildu. El partido que encabeza Arnaldo Otegi es la línea roja que se niega a cruzar el popular. Sobre la mesa cuenta con 172 votos a favor, lo que arroja un saldo negativo de solo cuatro diputados. Un respaldo que aspira a lograr pactando, a priori, con los nacionalistas del PNV, pero que no ha dudado en pedir incluso al PSOE. 

Feijóo tiene a sus espaldas, además de sus propios parlamentarios del PP, el sí ya confirmado de sus habituales socios de Unión del Pueblo Navarro (UPN), a los que se sumó el apoyo de Coalición Canaria (CC) coincidiendo con la ronda de consultas en Zarzuela, en virtud de un acuerdo en el que se comprometió a asumir las reivindicaciones de la formación nacionalista y que tachó de «transparente», distiguiéndolo de «otras opciones y cesiones vergonzantes y desconocidas», en alusión a las conversaciones de los socialistas con partidos independentistas catalanes.

El último en llegar fue el respaldo de Vox, tras la tensión vivida con el partido de Santiago Abascal por la negativa de Génova de cederles un puesto en la Mesa del Congreso. Solventadas esas diferencias, los derechistas aseguraron a Feijóo sus votos, y este agradeció públicamente un gesto que enmarcó en una relación entre fuerzas que comparten principios democráticos y aspiran a que España pueda tener un Gobierno «sin tutelas».

Sin embargo, a Feijóo aún no le dan los números, motivo por el que sus rivales aguardan su fracaso en una investidura que ya dan por «fallida» de antemano. Para tratar de evitar que esto ocurra, y sacarla adelante, el popular está dispuesto a hablar incluso con ERC y JxCat. Pero con condiciones, las mismas que reclaman los partidos catalanes: la amnistía y el referéndum de autodeterminación no son una opción a considerar en Génova. No negociará «propuestas que vengan a romper España», asegura.

PNV, pieza clave

Hasta los próximos 26 y 27 de septiembre, el PP llamará a las puertas tanto del PNV como del PSOE, a pesar de que ambas formaciones han explicitado ya su negativa a facilitar una investidura del presidente popular.

Por el momento, el gallego podrá superar un primer obstáculo con los nacionalistas vascos, el de sentarse a dialogar. Tras el portazo de Andoni Ortuzar a cualquier negociación, el portavoz en el Congreso de los jeltzales, Aitor Esteban, se mostró esta semana dispuesto a mantener una reunión por «cortesía parlamentaria».

Hasta la investidura espera, dicen en Génova, una «pausa larga para la especulación» en la que predominarán «el marketing y la imagen» y donde habrá «juego de unos y de otros». 

El partido vasco sigue mostrándose contrario a facilitar un gobierno del PP que descanse sobre los votos de Vox, aunque los populares esperan sacarlo del no ofreciendo propuestas de equilibrio territorial en el País Vasco.

Además, apelan a los socialistas alertando del riesgo de un gobierno de su secretario general, Pedro Sánchez, con EH Bildu y bajo la batuta de Carles Puigdemont (JxCat). El PSOE no recoge el guante del PP y augura una «investidura fake», la crónica de un fracaso anunciado. 

Apenas un mes dista para saber si Feijóo logrará su objetivo. Un tiempo crucial que determinará la futura gobernabilidad de España.