De Piedrahíta a Bocairent

B.M
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El Arzobispado de Valencia relata la acogida «multitudinaria y emotiva» de las carmelitas descalzas procedentes dePiedrahíta a la comunidad del monasterio de Bocairent, que con ellas vuelve a estar activo dos décadas después

De Piedrahíta a Bocairent

Bocairent brindó recientemente una acogida «multitudinaria y muy emotiva» a las nueve religiosas de la comunidad de Carmelitas Descalzas llegadas de Piedrahíta y que ahora habitan y rigen el monasterio de la localidad valenciana que con ellas vuelve a estar activo dos décadas después de la disolución de la última comunidad de las Agustinas. Así relata el Arzobispado de Valencia la llegada de las religiosas desde Piedrahíta después de que abandonaran el Monasterio del Amor Misericordioso y de la Madre de Dios en el municipio abulense, unos hechos que han traído cierta polémica en Ávila no tanto por la marcha en sí, sino por las obras de arte que han salido de este espacio religioso y que los vecinos quieren que vuelvan.

Pero en cuanto a la comunidad, en su despedida de Piedrahíta, la priora recordaba los casi diez años que habían estado en la localidad, una tierra entonces desconocida para ellas pero a la que aprendieron a querer puesto que, como ella misma dijo, «se nos rasga el corazón al pensar en el momento de la partida, pues no dejamos un convento, ni unas piedras, sino que dejamos un pueblo, con toda su comarca, que tiene rostros concretos y nombres propios». Una tierra que les ha demostrado amor y con la que esperan que la amistad que les unió «perdure en la distancia y en el tiempo».

Esa triste despedida tiene un rostro diferente. El de la alegría. La alegría con la que fueron recibidas en su nuevo destino en tierras valencianas porque con motivo de la llegada de la comunidad, explica el Arzobispado de Valencia, se organizó un acto de bienvenida «multitudinario y muy emotivo ya que, además de nuestra comunidad parroquial se sumaron entidades del ámbito festero de Bocairent, autoridades municipales y de otras poblaciones cercanas y numerosos vecinos», indicaron desde la parroquia que organizó la acogida.

Tras el inicio en Pont de Sant Blai, una comitiva fue en procesión acompañando a la comunidad religiosa hasta el templo parroquial, primero, y al monasterio, después. 

En Bocairent se percibe la llegada de la comunidad al monasterio como «un acontecimiento histórico», según el párroco Vicent Femenia, que añade que el monasterio «es el corazón espiritual de Bocairent y también el lugar donde se celebran muchos acontecimientos importantes para la vida del pueblo, como las fiestas de Moros y Cristianos o las de verano dedicadas a San Agustín».

Ahora, el monasterio de Bocairent vuelve a acoger una comunidad religiosa, dos décadas después de la última ocasión, y 16 años después de la adquisición del convento por parte de la parroquia.

La comunidad de Carmelitas Descalzas, procedente de Piedrahíta, llega con la cesión del uso del monasterio por lo que la comunidad y se ocupará del mantenimiento del mismo. Se respeta el uso turístico y las celebraciones litúrgicas y fiestas propias que allí se celebran.

Se trata de una comunidad formada por nueve jóvenes religiosas. Algunas son de localidades cercanas, como Banyeres de Mariola, Villena, Aspe, Yecla y Elche. Es una comunidad que observa una clausura muy estricta, la llamada clausura papal, y que se dedica a la oración y al trabajo manual, especialmente al bordado, confección de recuerdos de Primera Comunión y Bautismo, y otras manualidades, con lo que consiguen ser autosuficientes económicamente. También se dedican a la atención personal y espiritual de las personas que lo deseen a través del locutorio.

Recuerda el Arzobispado que el monasterio de Nuestra Señora de los Dolores y Santos Reyes de Bocairent esconde un gran tesoro bajo sus cimientos: un monasterio rupestre subterráneo excavado en la roca. Su historia se remonta a 1556, en un lugar que, por su constitución, era ejemplo de sencillez, humildad y penitencia.