Estados Unidos se juega su futuro

Agencias
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Trump apura las últimas horas para captar un voto indeciso que de la vuelta a los sondeos. Biden cuenta con el respaldo mayoritario de mujeres, negros y blancos con estudios superiores. Los más de 94 millones de sufragios anticipados tienen la clave

Estados Unidos se juega su futuro - Foto: BRANDEN CAMP

La suerte está echada y la batalla se presenta sin un claro favorito. En mitad de una pandemia mundial y una crisis sanitaria y social sin precedentes en la era moderna, los estadounidenses deberán decidir hoy si quieren otros cuatro años más de Donald Trump en la Casa Blanca y de un gobierno a golpe de mensajes en Twitter o, por el contrario, prefieren una vuelta a la política tradicional de la mano del demócrata Joe Biden.

Tanto los sondeos como los pronósticos de los expertos coinciden en que las opciones de que el magnate sea reelegido son bastante reducidas, pero el neoyorquino también partía en desventaja en 2016 frente a la demócrata Hillary Clinton y al final terminó alzándose con la victoria.

El complicado sistema electoral estadounidense, por el que los ciudadanos no votan directamente a su presidente sino que eligen a los integrantes del Colegio Electoral que a su vez votarán por el inquilino de la Casa Blanca, deja entreabierta la puerta a que el republicano pueda resultar reelegido pese a no obtener la mayoría del apoyo popular, como ya ocurrió en los pasados comicios.

Sin embargo, muy mal le tendría que ir a Biden para que esto suceda, o al menos eso es lo que consideran los expertos. Horas antes de la cita con las urnas, el portal especializado FiveThirtyEight daba como ganador al que fuera vicepresidente con Obama en 89 de las 100 simulaciones distintas de resultados, frente a 10 para Trump, mientras que el pronóstico actual de Cook Political Report es que el demócrata tendría asegurados, con mayor o menor certeza, 290 votos en el Colegio Electoral.

De acuerdo con la media de sondeos a nivel nacional de Real Clear Politics, Biden tiene una ventaja de 7,2 puntos sobre Trump, un dato a la baja que en los estados más disputados cae a 3,2 puntos. Esa cifra supone una ventaja mayor a la que tenía Clinton en la recta final en 2016, que era de 3,3 puntos.

 

Estados bisagra

Las elecciones, como ya viene siendo tradicional, se decidirán en un puñado de estados, los llamados swing states o estados bisagra, ya que no votan siempre por el mismo partido. En esta ocasión, la llave la tienen media docena de ellos -Florida, Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte y Arizona-. Si Trump quiere tener alguna opción, debería imponerse en varios, con Florida como el trofeo más preciado, ya que están en juego 29 votos en el Colegio Electoral, y Pensilvania como la que, según los expertos, podría inclinar la balanza.

Por lo que se refiere a la base electoral de ambos candidatos, está muy marcada. Biden cuenta con un firme apoyo entre mujeres, votantes negros y blancos con estudios universitarios, mientras que el principal respaldo para Trump lo constituyen los hombres blancos y sin estudios superiores.

Una de las peculiaridades de estas elecciones, y también una de las pruebas de la polarización imperante en el país, es la previsible participación récord, a tenor de los millones de estadounidenses que han votado por adelantado y por correo, algo más de 94 millones.

El principal problema que plantea esto es el del recuento. Una eventual demora en la proclamación del vencedor -como la vivida en 2000 con George W. Bush- podría abrir una crisis sin precedentes en el país.

 

El líder más incendiario

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Donald Trump prendió fuego al mundo político de EEUU en 2016 y sigue absorto en las llamas, con la esperanza de que el mismo mensaje que le aupó entonces a la Casa Blanca le otorgue ahora una reválida, un segundo mandato sin cambiar de programa.

Cuatro años después de sorprender al mundo con su victoria, el magnate quiere volver a sentir el calor de los estadounidenses, pero se asoma a las elecciones mucho menos seguro de su triunfo que a principios de año, cuando confiaba en ir a remolque del buen desempeño de la economía, lastrada por la pandemia.

 

La tranquilidad de un veterano

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El exvicepresidente y «amigo» de Barack Obama, Joe Biden, recurrió a su experiencia y moderación para presentarse como el candidato demócrata ideal para enfrentarse al populismo de Donald Trump.

Después de que su campaña se diera prácticamente por muerta en las primarias de su partido, Biden resurgió de las cenizas y arrasó en el llamado supermartes en los estados del sur, con los que ahora cuenta para arrebatar la Presidencia a Trump. En caso de hacerse con la victoria, Biden, de 77 años, podría convertirse en el mandatario de más edad en entrar a la Casa Blanca.