Álvaro Mateos

El Valtravieso

Álvaro Mateos


Una sanidad que salva vidas

23/10/2023

Siempre me han llamado la atención las»Cartas al director» o testimonios que leo en medios o redes sociales que contienen un agradecimiento a un tratamiento hospitalario, una estancia en un centro, o el cuidado recibido por un paciente y su familia. Hoy he de decir que lo entiendo por experiencia directa y voy a transformar mi columna en uno de estos escritos, porque lo necesito y es de justicia. 
En primer lugar, he de decir que tenía sospechas y malos augurios en torno a un desplazamiento urgente desde una zona periférica de Castilla y León para atender a un enfermo y tengo que reconocer que el sistema funciona o, al menos, en el caso de mi familia lo ha hecho. Una urgencia en Las Navas del Marqués fue derivada al Hospital de Sonsoles y de ahí al Hospital Universitario de Salamanca con tan buena suerte que en 4 horas el paciente estaba siendo operado. Es cierto que, a 2 kilómetros de la frontera con la Comunidad de Madrid, un convenio entre comunidades como los que funcionan en el Valle del Tiétar, habría acelerado la intervención en la mitad de tiempo pero, aún así, desde aquí el agradecimiento, porque con el sistema actual, y con los recursos de la comunidad, se puede salvar una vida. 
Y qué decir de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario de Salamanca. Todo atenciones, humanidad, buen trato al enfermo y a los familiares. Hay momentos en la vida en los que un servicio público y fundamental se debe y puede convertir en cercano y humano, en algo casi familiar. Todos cuantos hemos pasado por esta unidad podremos decir que por algo se ha convertido en referencia nacional. 
Una vez se produce la derivación al hospital de la provincia, y más si acontece en medio de las fiestas de Santa Teresa, las cosas cambian. No en lo asistencial porque, insisto en que en todo este proceso, han salvado una vida, algo con lo que siempre estaré eternamente agradecido y es más, el tratamiento allí dispensado posteriormente curó una infección, con lo que la salvó dos veces. Pero sí es verdad que las instalaciones, la infraestructura, las especialidades del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila necesitan una puesta al día. 
Parece que por fin llegan un acelerador lineal y la radioterapia tan anhelados, pero no por ello hay que conformarse, no. El edificio y el que suscribe comparten la misma edad, tiempo suficiente como para ir pensando en una ampliación, o incluso en la construcción de un nuevo hospital, dado que el tiempo pasa y va desgastando la infraestructura y el mobiliario, por lo que hay que replantear la ubicación de las especialidades y dotar sanitariamente Ávila como merece. 
Como dije al inicio, en Castilla y León tenemos una sanidad pública de vanguardia, una medicina y unos sanitarios que nos convierten en una potencia pero no valen los conformismos: es hora de reivindicar lo mejor para Ávila, y aún hay un buen margen para lograrlo. Apenas transcurrido un año y medio de legislatura, es momento de asentar todo lo que hay y plantear una mejora, que pasaría por un nuevo hospital. Gracias, pues, pero a seguir en el empeño, que esto va de salvar vidas y es crucial.