Abel Veiga

Fragua histórica

Abel Veiga


Guerra por las vacunas

30/01/2021

El gran negocio, escribíamos no hace mucho tiempo. Pasó lo mismo, aunque la dimensión era inferior con los respiradores, mascarillas, trajes de protección en abril y mayo y las restricciones, confiscaciones de algunos países o que vetaban y confinaban la mercancía por su país si la misma estaba siquiera en tránsito.
Bruselas fuerza y tensiona a alguna farmacéutica que no cumple con las entregas pactadas. Pero, ¿es un problema de producción? ¿o qué hay verdaderamente detrás? ¿especulación? Se dice en los medios que Israel paga mucho más por cada vial o dosis, incluso se ofrecen horquillas de precios, lo mismo hace Reino Unido, al tiempo que alega que se fabrican o que algunas plantas producen en su país. Por otra parte la Unión esgrime los cientos de millones concedidos para investigación y los precontratos y compromisos en tal sentido de cara a asegurarse x millones de dosis para todos los países a precio de oro.
De pronto en el zafarrancho tremendo en que se ha convertido el patio de colegio o por mejor decir, el lodazal político entre partidos, gobierno y oposición, comunidades y gobierno central, todos se tiran los trastos a la cabeza. Y expían culpas ajenas, nunca propias. Si una comunidad no vacuna, la culpa es del gobierno central, si las vacunas no llegan todo es de Bruselas, y ésta que son los laboratorios, y el laberinto elíptico al final solo está generando dos cosas, miedo e incertidumbre, la antesala misma de la angustia.
Los datos son cada vez más terribles. Es cierto que esto se barruntaba y no estamos ajenos de culpa propia esta vez sí muchos que no renunciamos a movernos. Pero dentro de esa horquilla muchos aun habiéndose desplazado a ver a sus familias en Navidad se recluyeron absolutamente con éstas. Hace solo unos minutos he regresado de la facultad a casa, hoy día de santo Tomás, no hay una terraza con una mesa libre en el recorrido a pie que he hecho. Apenas dos kilómetros y todo lleno. ¿Hay miedo? Pues va por barrios. Nada es global, ni eterno, salvo el propio tiempo.
¿Qué hacer? ¿qué esperar? Pues que el enredo jurídico y contrafuerte de dimes y diretes, culpas y responsabilidades entre Bruselas y los gobiernos con alguna farmacéutica se dirima cuánto antes. Saber si se juega limpio o no. Qué decir de la picaresca de altos cargos, familiares, sanitarios que no les correspondía, amigos, etc., pues lo de siempre, la España de la vergüenza y cofrade de la corruptela y la mezquindad. Y lo peor, buscan justificaciones inverosímiles. Pero así está la dosis de credibilidad y confianza en los representantes.
Se acaba un tiempo de vanidades y de muchas mentiras. Estamos hartos de ser trapos o juguetes rotos en manos de políticos que les falta asiento y aplomo, responsabilidad y coraje. Hay excepciones. Pero me temo que nos merecemos lo que tenemos habida cuenta que más allá de la cultura de la queja, no somos capaces de pensar por nosotros mismos y cambiar la errática en la que llevamos mucho tiempo.
Sociedad cansina, hastío por todo y hojarasca. Pero sí deben saber las farmacéuticas así como otros productores de ciertos productos básicos o esenciales que el derecho sí tiene herramientas más allá del derecho de patentes, de la libre competencia, de la iniciativa privada, etc., para intervenir. Entre ellas el artículo 122 del Tratado UE, que peude controlar la producción, el tráfico de mercancías, las exportaciones ... Todo está en el asador en estos momentos y llegarán a una solución intermedia, pero de quién se ríen?