Fue en las campañas de las generales de diciembre de 2015 y junio de 2016, cuando en España empezamos las dinámicas electorales de votar cada poco tiempo, coincidiendo con Pablo Casado, entonces vicesecretario de Comunicación del PP, como cabeza de lista por la provincia de Ávila. Para mí, después de unos años en Castilla-La Mancha supuso un feliz regreso a mi tierra, con un reencuentro con tantos compañeros de profesión. 
Un equipo de periodistas cubríamos y organizábamos la comunicación del PP de Ávila y, junto a nosotros, viajando día a día desde Madrid, donde participaban en las campañas de media España, un buen equipo de redes y comunicación digital apoyaba la campaña del que hoy es presidente nacional del partido. 
Dos citas con resultados récord para el PP abulense en relación con el resto de España, organizados al más puro estilo de Feliciano Blázquez: por todos y cada uno de los pueblos abulenses, con actos y encuentros con vecinos mañana, tarde y noche. Ese mismo esquema de campaña es el que seguían los veteranos, como el presidente Fraga en Galicia y el que ha aplicado Pablo Casado en cada una de las nueve elecciones a las que ha tenido que enfrentarse en apenas dos años, incluyendo dos generales. 
No olvidaré una jornada entera en la que nos acompañó una compañera de nuestra edad, con un equipo audiovisual, por el Puerto del Pico, con parada en Mombeltrán, destino a la romería de Chilla, en Candeleda. Desde el Tiétar, volvimos a Ávila, participamos en un acto con Pronisa y estuvimos en la Corrida de la Beneficencia, para terminar el día en Arévalo, en la feria de muestras. Solo un ejemplo de jornada maratoniana en la que Isa, como llamábamos a aquella joven, había dejado registrados todos los elementos que, apenas unas horas más tarde, fueron el conjunto de imágenes y testimonios del video de inicio de campaña de Pablo Casado.
En dos o tres ocasiones más, en aquella campaña, participó en jornadas de formación en redes y en un acto vespertino en el que Casado visitaba Sotillo de la Adrada, contó con ella como “telonera”, contando lo que suponía su pueblo, recordando los momentos compartidos con su familia y, en especial, anécdotas de su padre recién fallecido. Recordando años más tarde aquel mitin, Isabel decía que había sido uno de los actos políticos más difíciles y emotivos en los que había tenido que intervenir. 
Siempre en los equipos de Casado, junto a Ana Camins, José Antonio Sánchez, en la planta 5ª de la sede del Partido Popular, Isabel Díaz Ayuso siguió forjándose en política, recorriendo sedes del partido, participando en foros, formándose y reciclándose como experta en comunicación y campañas. En aquel año 2016, tuve la fortuna de compartir pasillo y despacho contiguo con Ayuso, con quien me unía afición a las carreras populares y comentábamos a las que nos apuntábamos los fines de semana. Más tarde, formó parte de los gobiernos de la Comunidad de Madrid y ya tenía experiencia de gestión cuando Pablo Casado acertó de lleno al apostar por ella.  
Hoy este Valtravieso ha bajado hasta las aguas del Tiétar, para tener un recuerdo con la que hoy es reelegida presidenta de la Comunidad de Madrid, de procedencia abulense y familia en Toledo. Las veces que hemos coincidido en campaña, y han sido unas cuantas, nos hemos cruzado las ganas que teníamos de poder ir a nuestra provincia de Ávila y disfrutar de los nuestros. 
Algunos no han entendido las alusiones abulenses de Ayuso, con fina ironía y sentido del humor y, recogiendo sus palabras del mitin de cierre de campaña, recuerdo que se lamentaba de no haber podido compartir más momentos con sus amigos de infancia y vacaciones en Sotillo de la Adrada, porque Ávila en ella siempre ha estado presente. Espero que ese espíritu de libertad y concordia siga extendiéndose: a todos nos vendrá bien.