José Ignacio Dávila

Pensando

José Ignacio Dávila


Entrega a la familia. Queridos suegros, queridos padres

23/02/2023

Querida Suegra: Hoy nos has entregado tu mayor herencia: la lección de la familia como centro de la convivencia, hacerla escuela del amor y de fidelidad a la vocación de la convivencia. 
Querida abuela y madre, feliz bisabuela; maravillosa suegra. Hoy recogemos los frutos de tu presencia y fuerza bajo la luz de tu saber hacer, cada día el lugar de encuentro y acogida de las familias con que hemos seguido formando nuestra comunidad de vida, contigo, maravillosa suegra,  María Jesús, hoy con José María, el gran suegro,...seguro que ha salido a tu encuentro para darte los abrazos pendientes en esta comunión de hijas, yernos, nietos y bisnietos de la gran familia que habéis ayudado en vida, y seguiréis iluminando, para seguir adelante en esta escuela de convivencia, en amor y esfuerzo por el  camino de la vida y sus dificultades, que no faltarán, como todas las familias. 
Querida familia, escuela de vida en las crónicas de cada día, de acogida de amor y colaboración en esta empresa de humanidad, de los ratos de dificultades, de la felicidad: a) descubriendo el inmenso mundo de la alianza y humanidad en la entrega y afecto, de respeto y suma de opiniones en nuestra familia y comunidad, la realidad de cada día: b) el valor familiar del ser herencia de nuestras madres y padres, de nuestra familia;  c) la suma de luz y visión de la realidad de cada día en su dimensión familiar, en comunidad, aprendiendo de los hijos, también, y sumando la riqueza de la superación de dificultades en escuela de aprendizaje y esfuerzo por una vida mejor; d) las experiencias en vidas transmitidas de madres y padres, sumados a los suegros, los grandes maestros y transmisores de la verdad de cada día en la gran Universidad matrimonial, de la convivencia, del compromiso con la entrega y respeto: demostrada en la primera, la más grande y la sociedad primera y más necesaria: la familia; e) sumen su aportación, de familia, la sociedad más importante, patria del amor y compromiso, de comunión y entrega; f) sumen su opinión para riqueza común en este tesoro de la familia.
Queridos Padres, queridos Suegros, nos entregáis los frutos del amor y compromiso en cunas de hijos, presentes en la familia, y ahora desde el lugar del encuentro eterno, en vida y  al que ahora habéis llegado vosotros, y desde el que nosotros seguimos y nos vemos, en esta realidad en vida y en dignidad humana, como fruto de la unidad en familia que también entregaremos a nuestros hijos, en herencia vuestra y nuestra.
Querida familia, escuela de vida y del inmenso tesoro de la vida, con gritos de niños, herencia que desde el tiempo sin medida nos entregáis: como la gran verdad del derecho y ayuda, que por naturaleza les corresponde a  las familias. Son lecciones desde la cuna, desde la  de sociedad, de risas y luz en los ojos, inolvidables en los corazones que laten en nosotros y desde vuestros corazones. 
Queridos suegros, queridos padres, maestros de convivencia y entrega a la familia, autores de los libros de la vida dejáis escritos en cada vida de nuestros hijos, lecciones aprendidas en la dignidad de las familias que nos entregáis como presencia de vuestra humanidad, de vuestro esfuerzo y superación de dificultades. 
Queridos hijos, son lecciones de las crónicas de dificultades que nunca faltan, transmitidas, de las alegrías y del compromiso por hacer de cada día un nuevo reto por la convivencia, reclamación social del derecho al respeto de la familia como la primera empresa y mayor sociedad de nuestra humanidad: en casa, barrio, pueblo, ciudad y comunidad de vida  y de esfuerzos y necesidad de ayuda, en la vida real y social.
Querida suegra, como dicen tus hijas: hoy  San Pedro está de suerte porque te acompaña del brazo, te queremos siempre. 
Son crónicas de vida en vidas de familias, inmensa importancia de los padres y suegros en la cuna del amor en vida, en la verdad de la doctrina de cada día en familia y religión. En la paz y entrega en vida por nacer, acogida y convivencia en este pacto por la sociedad interna de vida en familia. Queridos Padres y suegros, presentes siempre en la eterna dimensión de la comunidad de vida, de la entrega por la familia, gracias por la vida y vuestra compañía, por la entrega a la vida en familia.