Sara Escudero

Desde la muralla

Sara Escudero


Las otras cosas, los otros números

17/12/2022

Según se van a cercando los viernes, una, aparte de pensar en el ansiado fin de semana (si es que logramos tener uno completo de descanso) va pensando en temas para la columna. Las cosas que te pasan, el día a día, lo que ves, escuchas, lees, vives…. Zas, la vida te lleva y te pone delante siempre algo para reflexionar, para pensar, para disfrutar.
Pero hay veces que tienes un tema pensando: te pasó hace unos días, puede ser futbol, la nevada de Varsovia, los -15 grados o un encuentro de voluntariado maravilloso que te inspira y te motiva para continuar con el plan de contingencia del invierno, en la entrada de nuevas personas desde Ucrania.
Y, cuando menos lo esperas, entra un mail. Puede ser uno más, una nueva reunión, más tareas o simplemente una pregunta. Si el mail va unido a un café puede ser maravilloso, pero cuando entra una noticia como la del jueves, el mundo se para y el resto ya no es prioritario por muchas luces, muñecos de nieve o ganas de salir que una tenga.
Cuando te informan por distintas vías que una voluntaria de la Cruz Roja Ucraniana ha fallecido en un ataque en Kherson, el mundo deja de girar por unos momentos. Madre de dos pequeños, una vida por delante, un futuro, seguro que planes…. Pero ahí, así, sin más, una mañana del 15 de diciembre la historia dejó de contar. Es entonces, cuando te das cuenta que la vida merece la pena ser vivida, que es necesario que existan personas que se entreguen a otras. Pero a la vez piensas en la fragilidad de nuestros cuerpos ante los ataques sin sentido, no justificados en los que perdemos números de personas a diario, pero donde ni una tabla acumulativa que los registre, puede aglutinar «las otras cosas», «los otros números», lo que realmente cuenta en esta vida. 
Hoy estamos en el día 294 desde que comenzó esta pesadilla. El día de Nochebuena estaremos ante los 10 meses desde que el conflicto estalló en Ucrania. Y ni el verano, ni la lluvia de otoño, ni el sol de invierno, han podido parar lo que estalló como la primavera, con una explosión, pero esta vez en blanco y negro.
Podemos pedir la paz para Navidad, podemos escribir a los Reyes Magos que nos traigan un mundo mejor. O quizá, podemos pedir fuerzas para seguir luchando por ese mundo mejor entre todas y todos. Y hoy, principalmente hoy, pediremos máxima protección y respeto hacia las personas que atienden a otras personas, sin preguntar su color, su identidad o nacionalidad. Personas que cuidan de personas solo por el hecho de saber que la humanidad y la dignidad están por encima de cualquier tratado, pasaporte o nacionalidad. Por que el mejor carné de identidad está grabado en el corazón.
La vida deja de contar para unos, la vida paró también para una voluntaria de Cruz Roja, pero los demás podemos hacer que la vida cuente. No solo por lo que disfrutemos, sino por lo que podamos hacer e inspirar al resto. Estamos de paso, es cierto. Pero ese paso puede ser la diferencia entre pasar de largo o pasar por el mundo dejando una huella que no importa si es grande o pequeña. Pero al menos, que sea huella en nuestro camino. 
No dejemos de contar días, no dejemos de contar historias, no dejemos de ser personas que escuchan lo que otros pueden contar, porque será la manera de tener presente a los ausentes. Será la forma de homenajear a todos los que en este 2022 hicieron por un momento, que creyéramos que un mundo mejor es posible. No dejemos de creer y de crear.