Francisco I. Pérez de Pablo

Doble click

Francisco I. Pérez de Pablo


Melchor, Gaspar, Baltasar y las listas

04/01/2022

Tras unas navidades tristes acabamos de estrenar un nuevo año que, a imagen del anterior, va camino de estar echado casi nada más comenzar con solo mirar alrededor. Volverán a ser doce meses para cambiar una tendencia poco halagüeña, pues aun siendo la esperanza lo último que se pierde no espero mucho más de un año que tiene un guarismo, al menos, agradable a la vista.
De momento tendremos que conformarnos con lo que mañana por la noche nos dejen los Reyes Magos. El resto vendrá con el trabajo, el esfuerzo y la suerte jugará como siempre su papel. El cinco de enero este año suma a esa necesaria ilusión general, una inusitada expectación por mor de las elecciones autonómicas convocadas para dentro de poco más de un mes, centrando la atención de la opinión pública. Las formaciones políticas que quieran concurrir a las urnas regionales tienen a partir de ese día abierto el plazo para registrar sus listas provinciales de candidatos con las que van a participar electoralmente (Ávila elegirá siete de los ochenta y uno Procuradores en Cortes Regionales). Primer paso para el éxito o la derrota, siendo un recurso de poder de cada partido. 
Quien vaya en esas listas - mucho más quienes ocupen los llamados puestos de salida- tendrá su particular regalo de Reyes, pues no hay que olvidar que estar en la lista es perspectiva de cargo y si se confirma su elección ésta será para los próximos cuatro años lo que sin duda es de esos regalos que no son fáciles ni de olvidar, ni tampoco de descambiar. Cuando se publique este artículo se habrán cerrado o se estarán cerrando internamente en cada formación (las navidades con sus deseos de paz y felicidad han servido de reclutamiento) unas listas que generan expectativas, roces y adrenalina propia de cualquier decisión que recae sobre personas y cargos. 
Los Magos de Oriente - siempre han sido tres y cada uno con su público-  han venido cumpliendo con creces sus cometidos desde hace siglos ( a pesar del republicano Noel). Los partidos políticos, a falta de listas abiertas y tras los sonoros fracasos de las denominadas primarias que algunas formaciones practicaron, conforman sus propuestas en función no tanto del programa electoral a cumplir y desarrollar o el ejercicio de la oposición, sino en base primero a cumplimientos normativos como las obligadas cuotas y posteriormente sobre factores externos e internos, que por lo general desplazan el mérito y la capacidad, por otros relativos a resultados electorales anteriores, liderazgo, grupos de poder,  escalafón propio, fidelidad más que lealtad, premios o agradecimientos y un largo etcétera. 
Si los resultados de cada formación son buenos las listas presentadas serán lo de menos, si por el contrario esos resultados no son los esperados la mirada interna se volverá, por este orden, sobre los que componían las listas y quienes decidieron las mismas. La selección supone una serie de evaluaciones previas por parte de los dirigentes, aunque en el caso castellano, al ser elecciones anticipadas, todo apunta a dejar las candidaturas como estaban, salvo en aquellos partidos con encuestas de crecimiento. Si la meta es ganar y sacar el mayor número de representantes la selección del candidato debería estar guiada por esa premisa. Las listas en esta ocasión son inseparables de las marcas. Marcas que en su mayoría van a estar por encima de unas listas que se asemejan a esas cartas a los Reyes Magos, tanto por sus expectativas, como por sus desilusiones.  

ARCHIVADO EN: Reyes Magos, Navidad, Ávila