Pablo Casillas

El Corrillo

Pablo Casillas


Espíritu analítico

28/02/2023

Deberíamos tener muy claro que sin ese espíritu el ser humano tiene muy limitadas sus capacidades a la hora de afrontar y decidir sobre todas las facetas de su vida.
Requiere, es verdad, de un importante esfuerzo porque para poder ser analítico tienes que adquirir constantemente formación, recibir información, y luego sacar tus propias conclusiones en base a tu inteligencia.
Que la sociedad en la que vivimos no es analítica, se evidencia a través de nuestros actos y conductas, no solo a nivel personal sino social, y ello va en nuestro detrimento porque  resulta muy fácil ser manipulados y dirigidos, particularmente en asuntos de gran trascendencia. 
Les voy a poner dos ejemplos, con la voluntad de que reflexionen: Sanidad y Justicia.
Que la Sanidad es imprescindible e ineludible para el bienestar del ser humano, no creo que haya nadie que lo discuta.
Pero es curioso –y lamentable– que no se tenga la misma percepción acerca de la Justicia. Sin bromear, les diré que mucha gente enferma y muere por una injusticia. Ahora bien, más allá de ese hecho, resulta que sin una Justicia de calidad, suficiente y, sobre todo, independiente, no existe verdadero Estado de Derecho Democrático. Aunque la inmensa mayoría de la gente considere que bastaría con un buen Poder Ejecutivo y Legislativo, sin duda es mucho más importante un buen Poder Judicial, unos buenos Jueces y miembros de la Administración de Justicia, verdaderos controladores y contrapeso de los otros dos Poderes.  Tribunales, existen en todos los Países del mundo, sin embargo no es lo mismo la Justicia en Rusia, China, Venezuela, Cuba, etc, que la que se imparte en otros Países verdaderamente democráticos. No creo que, salvo los muy cafeteros de esos regímenes, haya personas que se pudieran sentir seguros si fueran juzgados por Tribunales de esos países.
Así las cosas, en estos momentos nos encontramos con una importante problemática en ambas esferas.
Respecto de la Sanidad, a nadie se le escapa que el asunto se ha politizado centrándose en las Comunidades de Castilla y León, Galicia y Madrid, curiosamente todas ellas gobernadas por el Partido Popular y el centro derecha. 
El problema se ha puesto encima de la mesa por parte de los profesionales de la medicina por sus reivindicaciones, que nadie dice que no deban ser estudiadas y atendidas en lo que corresponda. Sin embargo, no son los médicos los que llevan la voz cantante, ni los que movilizan a la gente, sino que hay detrás partidos políticos, sindicatos y grupos de izquierda. 
Sin duda, ninguna de esas tres Comunidades Autónomas, ni tampoco las demás restantes del País, pueden abordar y dar solución a los problemas –presentes y futuros–, por sí mismas, máxime cuando el punto básico se encuentra en la falta de médicos que cada vez será mayor y la competencia para que pueda haber profesionales corresponde al Gobierno de la Nación. De forma que, en ningún caso, puede ser considerado el tema de forma aislada sino conjunta.
Lo cierto, en cualquier caso, es que de la inicial reclamación de los profesionales de la medicina –cuando no desde incluso su origen– se han lanzado a la calle multitud de personas en clara reivindicación política con el eslogan de querer una Sanidad Pública, cual si la que se presta por Hospitales y Centros Sanitarios concertados o de gestión privada no prestaran también un servicio sanitario público. Muchos de los vociferantes, por cierto, acuden a la concertada y privada.  
A sensu contrario, respecto de la Justicia, ante la legítima reclamación de los Letrados de la Administración de Justicia, que está provocando la suspensión de decenas de miles de juicios y demás actuaciones judiciales, nadie ha salido en su apoyo, ni siquiera los Consejos y Colegios de Abogados y de Procuradores, cuanto más los sindicatos y otros grupos o personas afectadas. Como abogado y Decano que fui del Colegio de Avila, tengo que decir que me siento avergonzado de la inacción que está teniendo la abogacía Institucional. Curiosamente, sólo salimos a la calle cuando gobernaba el Partido Popular, por el tema de las tasas, y logramos un clamoroso éxito para la ciudadanía y los profesionales.                         
Pues bien, poniendo en contraste ambas esferas de la sociedad: Sanidad y Justicia, las dos con ineludible relevancia y trascendencia; atendiendo a la respuesta y  atención que se está prestando a una y otra resulta evidente la manipulación que hacen de la ciudadanía, y todo ello por el interés político que se tiene desde el Gobierno de la Nación y de partidos políticos, sindicatos y grupos de izquierda de dañar a Gobiernos Autonómicos y partidos políticos de centro-derecha, entre ellos los antes indicados, y, de forma especial a la Comunidad de Madrid, cuya sanidad ya quisiéramos tenerla en todo el territorio nacional. 
Yo estoy seguro que la manipulación de que estamos siendo objeto se debe a nuestra falta de espíritu analítico. Si la inmensa mayoría de los individuos que integramos ésta sociedad tuviéramos ese espíritu no sería fácil ser manipulados y se lograrían muchas cosas. Pero tenemos lo que tenemos.