Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


11-M

12/03/2024

Hace veinte años, a la misma hora en la que escribo estas líneas, yo viajaba, con la congoja adueñada del alma, de Villablino a Ponferrada, en León. Había dormido en la capital de Laciana donde acudí para cubrir la información del mitin que protagonizó el presidente de Asturias, Vicente Álvarez Areces. Cené junto a mis compañeros del Centro Regional de TVE mientras veíamos un partido de Champions entre el Real Madrid y el Bayer de Munich con victoria madridista. Ellos regresaron a Valladolid para montar las imágenes y yo hice noche en Villablino ya que al día siguiente tenía que informar del mitin que iba a protagonizar Alfonso Guerra en Ponferrada. El despertar y la mañana fueron terribles. Primeras y confusas noticias en la radio. Planos de Madrid en la tele para fijar los lugares de las explosiones. Confirmación de que había muertos. Datos sobre más víctimas. Bajando por el valle del Sil se perdían las emisoras. En Ponferrada, escuché el alcance de la tragedia, aunque todavía no había datos suficientes. Y de ahí, a las declaraciones gubernamentales responsabilizando a ETA de la masacre. Hablé con algunos amigos y colegas y nadie lo tenía tan claro como Aznar. En el regreso a Valladolid, avanzaban las dudas sobre la autoría y crecía la versión de los islamistas pese a que Aznar insistía en su tesis. La policía y, más tarde, los tribunales confirmaron que fueron yihadistas los que pusieron las bombas que mataron a 192 personas e hirieron a 1.857, pero el líder del PP siguió a lo suyo, es decir a mentir y mentir y volver a mentir. Ni siquiera cuando su amigo George W. Bush, presidente de Estados Unidos, le dijo al embajador español, Javier Rupérez, que sus fuentes le decían que podían haber sido otros y no ETA. Y se lo confirmó a Lorenzo Milá en una entrevista para TVE. Sin embargo, Aznar censuró esa entrevista. TVE la recortó. Las opiniones de Bush sobre los atentados no se emitieron. Han pasado 20 años, pero don Josemari ni ha reconocido errores, ni ha rectificado, ni ha pedido perdón por habernos engañado a todos, incluso a sí mismo. Aun hoy, continúa orgulloso de sus actos. Y hay muchos que le secundan. ¿Por qué?