M. Rafael Sánchez

La mirada escrita

M. Rafael Sánchez


Del símbolo y la palabra

19/02/2023

Antes que la palabra escrita, fue el símbolo. Si los símbolos tienen una antigüedad que se pierde en el tiempo, la palabra es reciente: "Hace seis mil años, aparecieron los primeros signos escritos en Mesopotamia… Tiempo después, y de forma independiente, la escritura nació también en Egipto, La India y China", nos ilustra Irene Vallejo en El infinito en un junco. Y las primeras escrituras son listas de propiedades, no creamos que fueran poesías o leyendas que nos narraran mundos simbólicos o líricos. Pero el lenguaje simbólico solo fue sustituido en parte, pues ha sobrevivido siempre con buena salud en todo tiempo y lugar. Y lo encontramos en las señales de tráfico, en la propaganda, en lo religioso, etc. Su sencillez, universalidad y economía de medios hace que, en parte, sea insustituible. Si para leer o escribir un texto se necesita conocer la lengua correspondiente, el lenguaje simbólico tiene la ventaja de ser universal, con echar una mirada al símbolo reconocemos el mensaje que encierra. "Las imágenes simbólicas de la humanidad están llenas de significado histórico y cultural" indica Hans Biedermann en su Diccionario de símbolos.

 Con las redes sociales –WhatsApp, Instagram, Twitter, etc.- se ha multiplicado la comunicación aparente entre las personas. A veces, esta necesidad de contacto frecuente y rápido nos lleva a aplicar una economía de atención y dedicación en la que, la cada vez más extensa oferta de emoticonos y demás simbología, nos permite una fluidez que la palabra no nos puede dar. Podemos estar "atendiendo" a varias personas o grupos a la vez, pues la sustitución de la palabra por el símbolo nos lo permite. ¿Es eso comunicación verdadera o mera distracción?

"Los primeros apuntes eran dibujos esquemáticos (una cabeza de buey, un árbol, una jarra de aceite, un hombrecillo). Con esos trazos, los antiguos terratenientes inventariaban sus rebaños, sus bosques, su despensa y sus esclavos", prosigue Irene Vallejo. De alguna manera, estamos volviendo a comunicarnos principalmente mediante símbolos, lo cual nos podría llevar a reflexionar sobre cómo es una comunicación así. Antes, el símbolo del corazón sólo lo usaban los amantes, expresaba amor entre ellos. ¿El emoticono corazón significa lo mismo? Y me pregunto: ¿Acaso los símbolos banalizan los sentimientos? Desde luego, no significa lo mismo ahora enviar el emoticono corazón que escribir un "Te quiero". Comprometen mucho menos los emoticonos que las palabras. Los emoticonos son la vulgarización del lenguaje simbólico, antes tan lleno de misterios y que era "La expresión sintética de una ciencia maravillosa, de la cual los hombres han perdido el recuerdo", recoge Juan Eduardo Cirlot.

Escribir es un ejercicio de reflexión y construcción lingüística, además de suponer una dedicación de tiempo hacia la persona o personas a la que se envía el mensaje. En un mensaje repleto de emoticonos no parece que haya la misma reflexión, no hay construcción de lenguaje, hay una dedicación menor a las personas. ¿Es resultado de un empobrecimiento de la comunicación y de las relaciones? Es discutible. Todos los que usamos redes "hemos incluido en nuestro modo de comunicarnos algunos de esos símbolos. No podemos olvidar que no hay edad para cualquier modalidad nueva de comunicación", me apunta -llena de razón- Ana al enviarme la foto que acompaña al artículo.  

Se puede entender que los más jóvenes usen frecuentemente esta manera simbólica de comunicación, pues es signo de identidad de su tiempo. O en el caso de adultos muy atareados o con algún tipo de dificultad, se puede justificar. No comprendo que personas de cierta edad y supuestamente cultivadas usen con una asiduidad creciente esta forma de "comunicación" impersonal y cómoda.