M. Rafael Sánchez

La mirada escrita

M. Rafael Sánchez


El poder del arte

05/03/2023

Durante la semana pasada se han celebrado las ferias de arte en Madrid. La más conocida, ARCO, hace años que no la visito y este año, como el anterior, he acudido a Art Madrid y Urvanity. Siempre se encontrarán obras que te van a deslumbrar y emocionar, pero no voy a desanimarles en la lectura de este artículo nombrando autores y títulos, sino que quiero escribir unas palabras al hilo de esta visita y de los debates que la no continuidad del director del Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía ha provocado. 
Las dos ferias visitadas son ferias más pobres y no se encontrarán en ellas los grandes nombres del arte que en ARCO exponen, ni las grandes galerías que mueven el negocio. La gran feria tiene espacios y un programa, Guest –antes VIP–, dirigido a los grandes coleccionistas, a los que agasaja con hotel y desayuno en el Palace y los cuales, entre otras cosas, no tendrán que esperar colas para entrar y podrán disfrutar de cócteles, visitas a colecciones privadas, etc.
Leo en Theobjective una entrevista a uno de estos cuatrocientos coleccionistas que así fueron invitados. Alain Servais da una definición de arte que me resulta interesante: «Para mí, el arte es un lenguaje que abre mi corazón hacia el otro, ya sea la raza, la religión o el género. Su valor intrínseco es cero, lo que le da valor es el mito que se crea a su alrededor y lo importante es que ese mito se sustente en un valor histórico. Lo que más me interesa es construir una colección y que esta represente el momento actual, preservando las obras de arte como hace un museo. Por tanto, mi papel como coleccionista es apoyar y custodiar». Después, cuenta las obras que ha adquirido: Los Inventarios Reales, que es una serie de nueve cuadros de Diana Larrea en la que visibiliza a mujeres cuyas obras fueron atribuidas a pintores masculinos. Otra obra de Nil Yalter que homenajea a las mujeres inmigrantes. Y varias telas de Adrián Balseca que denuncian las atrocidades medioambientales que provocó una compañía de fertilizantes en Ecuador. En total, el valor de lo adquirido es de 120.000 euros. Todas las obras diríamos que pertenecen a un arte de denuncia social y medioambiental y han sido adquiridas por un magnate de las finanzas que las custodiará en alguna de sus propiedades. Animo al lector a hacer su propia reflexión sobre este largo párrafo.
La marcha de Borja Villel del Reina Sofía ha estado envuelta en una agria polémica que adquirió tintes políticos por interés de unos y otros. Soy habitual visitante desde hace un par de décadas de este museo. Al principio, un entusiasta que hacía unas tres o cuatro visitas al año. Ese entusiasmo fue decayendo con los años cuando se descolgaron cuadros que son historia de la pintura contemporánea española y fueron sustituidos bien por obras que encajaban en una interpretación del arte español ajustada a los criterios conceptuales del director, bien por vitrinas con documentos. Todo muy bien explicado, toda una ingeniería de argumentos para crear un relato, aunque el resultado nos sea difícil de entender y degustar a algunos. 
Hay artistas muy notables de nuestro país que, a pesar de poseer el museo obras suyas, estas están en sus almacenes sin exponer al público. Miquel Barceló, Susana Solano, Guillermo Pérez Villalta… son algunos de ellos. Cuando su museo adquirió el Archivo Lafuente, declaró que «Los archivos de arte serán los museos del futuro». Entonces, ¿las obras de arte solo las podremos encontrar en las colecciones privadas de los magnates como la del suizo Alain Servais que luego amortizarán sus inversiones alquilando temporalmente esas obras a los museos, como ya sucede?