Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


El poder del tai-chi y su influencia en los abulenses

22/06/2023

El título no se refiere precisamente al film de acción y artes marciales dirigido por Keanu Reeves y estrenado en 2014 en los cines, cuyos coreógrafos fueron los mismos creadores de la trilogía Matrix. Aunque el lector no haya visto la película puede hacerse una ligera idea de su atractivo visual y sus más de 40 minutos de acción trepidante.

Algunos se preguntarán ¿y a qué viene esto ahora?

Pues se lo explico en las líneas siguientes: A parte de que me encantan las películas de artes marciales y ciencia ficción, me he dado cuenta de la influencia del tai-chi sobre muchos abulenses. Un arte marcial hace unos años apenas conocido y que se ha ido asentando con fuerza y ha logrado cierto arraigo en nuestra ciudad a pesar de estar situada muy lejos de las tierras orientales de donde proviene.

Los que conocen algo de mi historia saben que las artes marciales siempre me han apasionado y he pasado por muchas de esas disciplinas: judo, karate, kung-fu…, que formaron una parte muy importante de mi vida en mi juventud. Y como toda disciplina oriental bien ejercitada no sólo consiste en unos ejercicios más o menos intensos, dinámicos y casi siempre explosivos, sino que realmente generan en la mayoría de los practicantes toda una filosofía de vida que les hace pensar de otra forma; incluso con el peligro de "parecer un bicho raro" frente a una parte de la sociedad con mentes poco abiertas o más bien parte de una masa humana en la que los cuerpos van un por un lado y las mentes por otro diferente, aunque a simple vista parezcan íntimamente unidos.

Hace ya bastantes décadas éramos muy pocos los que practicábamos estas disciplinas, pero por suerte fueron aumentando en nuestra ciudad, especialmente el karate, sobre todo gracias a la labor de algunos de mis colegas iniciáticos de antaño que después crearon gimnasios y fomentaron este a veces mal llamado deporte, porque como he comentado es mucho, mucho más que eso.

Y ahora… Pues eso… Estamos con el tai-chi. Llevo poco más de un año en ello, pero he de reconocer que me ha enganchado desde el principio, tal vez porque en mis genes está implícita la filosofía y técnica oriental, porque es cuestión de transformación con la edad, o simplemente porque necesito conectar de nuevo con las energías de la naturaleza que nos envuelven, que están ahí, pero que casi siempre las ignoramos por completo.

Para los que al contemplar una clase piensen que esta disciplina es poco tonificante, muy ligera, o demasiado lenta, les aseguro que se equivocan por completo. Bien realizada resulta un excelente revitalizador del cuerpo y el alma, y cada uno pone sus propios límites. Sin olvidar que se trata de un arte marcial.

Me recuerda mucho al kung fu de mi pasado, aunque existen muchas escuelas y variaciones de estilos de tai-chi, pero en este último el equilibrio parece tener más poderío. No sólo el del cuerpo basado en unas buenas piernas capaces de sostener nuestra anatomía a veces imitando a una cigüeña o una grulla sobre una sola pata, sino que trata también de equiparar la energía; eso del yin y el yang, la luz y la oscuridad, el fuego y el agua, el aire y la tierra, o simplemente los pensamientos positivos y los negativos. Lograr equilibrar nuestra propia balanza sería lo ideal.

Para los no iniciados he de informar que la práctica del tai-chi también tiene efectos terapéuticos; eso sí, hay que buscar un buen instructor o instructora que sepa realmente lo que hace y tenga la cualificación pertinente porque en esto, como en toda actividad que requiera ejercicio físico y concentración mental, si no se hace bien, te podría perjudicar.

Ahora me alegro mucho cuando me encuentro con amigos o compañeros que no había visto desde hacía tiempo y al comentar: "pues yo ahora practico tai-chi", contestan ¡anda, pues yo también! Mira qué bien.

Con más prácticas de este tipo, siempre buscando la nivelación física y emocional, mucho cambiaría la sociedad, pero a mejor. Aunque seguro que también aparecerán los "negacionistas del tai-chi". En fin... :-)

el poder del tai chi

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