Roberto Ponce

Hablemos de Ávila

Roberto Ponce


Mi trabajo lo hacen suyo

29/12/2022

Entre las decenas de mensajes, fotos y tonterías que se mandan cada día por redes sociales, me llamó la atención el que decía: «Un estudio revela que hay más cenas de empresa que empresas en España». La broma es evidente pero quizá no está tan lejos de la realidad, porque conozco a personas que acuden a más encuentros con los medios e invitaciones de Navidad en estas semanas que a ruedas de prensa.
Es algo que comentaba con un compañero en una de esas citas de cortesía. Él lleva más años en los medios de comunicación que yo, aunque mi primera línea en el currículum respecto a la experiencia periodística data del 2006, por lo que también he vivido ya lo mío.
Alguien no es periodista por el simple hecho de contar algo y porque le guste mucho figurar en todos los sitios. Nadie es tampoco quién para dar lecciones por tener un título universitario, pero entiendo que es lo mínimo exigible para afrontar esta profesión.
¿En qué momento estamos ahora? En el de la inmediatez, más que nunca, por la dependencia casi irracional del teléfono móvil y el ordenador. Herramientas, sin duda, muy útiles pero voraces si se usan con maldad, y que permiten creer que todas las opiniones son respetables cuando no es así. Respetable es la persona y el derecho a expresar una idea, no determinadas sandeces que lee uno a diario, y muchas desde el cobarde anonimato.
Inmediatez y extremismo. En la televisión y en la radio a nivel nacional es donde más se puede apreciar que periodistas y personas 'conocidas' aprovechan las corrientes mediáticas para hacer un papel dramatizado como forma de vida y sustento. Algo agudizado en el mundo del fútbol con el 'periodismo de bufanda' que, por suerte, no se traslada al resto de deportes. Esto es lo que más se consume, lo que dicen que vende, por desgracia.
Lo peor es que la audiencia de ese tipo de programas pretende que todos entremos en ese juego de ataques, insultos, ridiculización del supuesto contrario... Un periodista está para informar, exponer datos, contar la historia, y no para posicionarse. Después, en espacios como este o su perfil privado de una red social, dará su opinión si le parece oportuno.
El problema también emana de la moda de las convocatorias de prensa sin preguntas, ninguneando la labor del profesional de la comunicación. En el ofrecimiento del material informativo ya cortado y dirigido. En creerse que por publicar un comentario o subir una foto van a ganar votos o aficionados a su club, anteponiéndolo a un encuentro con los medios. En poner al mismo nivel y cobijar a los piratas porque les dan difusión, priorizándolo frente a la calidad y el rigor del que mantiene un equilibrio.
Junto a ello, periodistas y aficionados al copia y pega. Los que aguardan, día tras día, a que el gabinete de turno distribuya el audio de la rueda de prensa y aprovechar las preguntas de los que sí vamos donde está la noticia.
Porque transcribir tuits no es hacer una crónica. A mí me gusta acudir a las instalaciones deportivas, personarme donde se ha producido el hecho y apoyarme en fuentes directas sólo cuando mi presencia no es posible. Puedo llegar a comprender las circunstancias de cada uno, pero no entiendo el periodismo de silla y espera como forma de vida. 
En esos casos mi trabajo lo hacen suyo así que, por favor, seamos inquietos, cumplamos con nuestra labor de periodistas y pongamos en valor la profesión.