"Hay panolis que se piensan que esto de escribir para uno es como hablar a solas, cosa de chalados. Eso son ganas de enredar las cosas porque uno no dice siempre lo que quiere y hay pensamientos que andan por dentro de uno y uno, por vueltas que les de, no acierta a expresar, o a lo mejor no le da la real gana de hacerlo". Así empieza D. Miguel Delibes su "Diario de un emigrante". Ganas dan de ponerse el mundo por montera y atizar a diestro y siniestro, lo pide el cuerpo pero la cabeza aconseja moderación, eso que a muchos falta.
Seguiremos los consejos de D. Miguel, porque se antoja que aunque escribiera con el mejor ánimo, la estupidez de algunos está tan llena de soberbia que ni se enterarían.
Decía Erich Fromm que los problemas son demasiado complejos para la comprensión del hombre común y se rinden al "yo soy como tú me quieras" y, añado, da igual que mientan. Escribíamos hace días que la pérdida de identidad lleva al conformismo, o sea, la alegría de los políticos.
La libertad es responsabilidad de cada uno, se convierte en una pesada carga y gestionarla es complejo. El peligro resulta de la actitud de algunos cuando prefieren ceder parte de ella para que otro se la administre: grave error; ceder la libertad es ceder parte de la vida y hemos de ser muy consciente, en política, de a quien "prestas" tu voto para los asuntos públicos. El beneficiario debiera saber que no es de su propiedad, creen poder usarlo a su antojo, creen estar en posesión de la verdad y, lo que es aún peor, "su lado es el correcto" pues la intransigencia, debido a la necedad, jamás considerará alternativas a su forma de pensar. Es el sectarismo y nuestro conformismo.
En este tiempo, el ahora, el análisis superficial y sobre todo el miedo al otro son los alimentos de las fuerzas más reaccionarias de la sociedad. Dirigentes y responsables de según qué sector sugieren y proponen verdaderos dislates, y algunos políticos compran esas ideas, ¿vuelve la insensatez? Escribía Maquiavelo, "que todo aquel que desee saber qué ocurrirá debe examinar qué ha ocurrido: todas las cosas de este mundo, en cualquier época, tienen su réplica en la antigüedad".
¿Qué hacen los gobernantes ante presiones radicales? Ha pasado con los verdes en Alemania, por unas leyes para un planeta habitable que a nadie complacen. El Gobierno de Países Bajos ha caído por diferencia de criterio en el derecho de asilo de emigrantes. Aquí alguien ha tenido la feliz ocurrencia de sugerir que la jubilación sea a una edad de ¿72 años? ¿En qué piensan? ¿qué piensa algún miembro de VOX cuando equipara el asesinato de una mujer a manos de su pareja con la muerte de un hombre en una pelea? Ambas muertes son delitos contra la vida humana ¿Desconoce el cerebro parlante que el asesinato es la máxima intensidad del homicidio y ambos tienen consideración jurídica diferente? ¿Y qué hacer cuando los políticos hacen suyos estos mensajes y acciones extremas y extremistas?
En el mundo de la cultura está sucediendo algo impensable hasta hace poco y, no es que se revisen obras literarias, ahora directamente se prohíben. De ahí a quemar los libros hay un paso. Recordar la novela de Ray Bradbury "Fahrenheit 451", la temperatura a la que arden los libros, sería un buen ejercicio antes de decidir el voto, releer como actuaban los bomberos de la moral. Hoy no es ciencia ficción ¿Que exagero?, lean, escuchen y vean alguna noticias de estos días, representaciones teatrales prohibidas o suspendidas en varios pueblos. Estos son los socios del PP.
Todos estos personajes deberían mirar más allá de sus narices y recordar que las anteojeras, además de usarlas las caballerías de tiro para ir de frente, son también actitudes mentales y prejuicios que sólo permiten ver aspectos limitados de la realidad, así lo explicita nuestro Diccionario de la lengua española desde antiguo… claro que igual estoy proponiendo algo verdaderamente complejo y revolucionario: leer; esto es puro veneno para tanto reaccionario que anda suelto.
Vienen tiempos extraños y ciertamente oscuros para esconder la cabeza debajo del ala ante tanta propuesta estúpida, la mayoría de las veces inhumana, cuando no inmoral.
¿Cuál es el lado de correcto? Es más, ¿hay lado correcto?, dilema de difícil solución. Lo peor es cuando algunos pretenden defendernos de nosotros mismos, y ahí tenemos una caterva de personajes dispuestos a ello.
En cuatro años veremos los resultados, y hasta donde han pretendido, o han conseguido, cortarnos las alas, pero aún estamos a tiempo. Lo que estamos oyendo desde hace días, viendo sin recato de sus autores, y lo que algunos develarán hasta el 23 de julio, día de elecciones, ha de ponernos alerta.
El 7 de julio san Fermín, se inició la campaña electoral, la verdad es que llevábamos meses aguantando, con el chupinazo de salida algunos se lanzaron como morlacos amenazando y atemorizando al personal. La desvergüenza ya andaba suelta en meses de precampaña, y aunque enchiquerados no cejaron en sus arremetidas, más bien al contrario, han salido en tromba, y algún crédulo acabará corneado por la excesiva confianza.
Pensemos. Los electos, salvo catástrofe, nos acompañarán, dirigirán y decidirán sobre importantes aspectos de nuestras vidas los próximos cuatro años. Construir es laborioso, lento y complejo y ha costado trabajo realizar día a día: sanidad, educación, pensiones y gasto social en suma, los pilares del Estado de Bienestar,
Seres fantasmales, viniendo del más allá, dispondrán de mil cuatrocientos sesenta días para destruirlo. Alarma.