Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


La osadía de los córvidos y de algunos políticos

06/07/2023

Ayer mismo vi a una atrevida urraca que haciendo fama de su valor e inteligencia era capaz de abrir una bolsa de plástico reciclable, semi atada, que tenía preparada para el compostaje con diverso material dentro, y se llevaba una cáscara de huevo que para añadir al huerto bien triturada resulta interesante por la cantidad de calcio que puede aportar, pero para el córvido no sé yo para qué la querría. Casi con toda seguridad pensaría que era un huevo completo de algún otro ave situado en un nido a rapiñar. Y todo esto sin cortarse ni un pelo y emitiendo delatantes graznidos, que lejos de hacerla pasar desapercibida, delataba su presencia desde muchos metros alrededor.

La actitud de los córvidos es digna de estudio. Generalmente poco vistosos a nivel estético en cuanto a colorido, aunque hay destacadas excepciones, y siempre han sido asociados a brujerías, malos augurios siendo acusados de oportunistas y ladrones, como en el caso de la urraca que disfruta recogiendo pequeños objetos brillantes y los lleva a su nido, quién sabe con qué motivo.

Los cuervos por ejemplo son capaces de desarrollar una amplia gama de sonidos, más de veinte, que les permiten comunicarse con sus congéneres; algunos se han identificado como de alarma, otros de defensa, para llamar a la unión de varios individuos para cazar o hacer frente a un posible depredador, e incluso los últimos estudios parecen demostrar que hacen llamamientos gregarios para compartir el cuidado de los polluelos.

Bajo mi punto de vista estas aves son incluso capaces de disfrutar volando, haciendo más de una pirueta no por necesidad, sino por puro deleite. Su capacidad de alimentación generalista les hace no despreciar ningún tipo de comida, incluida la carroña, por eso son relativamente abundantes.

La llamada inteligencia social de estas aves, como hemos visto, está más que demostrada, pero la individual también nos está dando grandes sorpresas y diversos experimentos han demostrado que especialmente las urracas son capaces de abrir precintos de botellas de leche o lo que es más extraordinario aún, de reconocerse ante un espejo, algo que indica un grado enorme de autoconciencia que hasta ahora sólo se había demostrado en delfines, elefantes y simios.

En cuanto a su atrevimiento es evidente, son capaces de atacar por la espalda e incluso en vuelo a diversas rapaces que con sus poderosas garras prensoras serían capaces de acabar con ellas en un instante.

Y si mucha osadía muestran estas aves, durante estos días he podido contemplar también a otro tipo de seres, teóricamente más inteligentes, a algunos políticos de signos diversos que aprovechando el tirón electoral digamos que abren la boca y a veces parece que piensan menos aún que estos pájaros, lanzando inconcebibles discursos y creando pactos inverosímiles, camuflando como ejemplo de agricultura ejemplar y sostenible a la que más agua despilfarra y contamina, o poniendo al frente de Direcciones de Medio Ambiente y Bienestar Animal a gente que disfruta precisamente matando animales, aunque sea legalmente; e incluso estamos contemplando cómo van a presidir políticas territoriales y ambientales en algunas comunidades autónomas los negacionistas climáticos y los amantes del bulldozer y de la motosierra sin contemplaciones.

Resulta curioso, pero sobre todo muy inquietante, que a través de diferentes pactos, en bastantes territorios, se estén quedando con la gestión ambiental, territorial y protección de fauna, flora y medio ambiente los que precisamente han alardeado siempre de todo lo contrario.

Esto es ya como el mundo al revés. Como un capítulo más del camarote de los hermanos Marx donde reinaba el absurdo más exacerbado. Pero eso tenía gracia y esto no.

También se dan algunos casos en el otro extremo del espectro electoral con promesas que no hay quien se las crea y difícilmente asumibles que te ofrecen la luna, las estrellas y una mina repleta de riquezas tipo cuento de Aladino si naces hoy, si haces pronto los dieciocho, si tienes pecas, eres rubio o rubia, o si te jubilas mañana.

Lo que nos quedará por aguantar… :-(

Urraca en Castilla