M. Rafael Sánchez

La mirada escrita

M. Rafael Sánchez


Redes de apoyo y feminismo

19/03/2023

La semana pasada fue un tiempo para volver a reivindicar la igualdad de género, recordar a mujeres que han marcado hitos en esa lucha y celebrar lo hasta ahora conseguido. Uno de los actos que tuvo lugar en nuestra ciudad, el mismo día 8, se convocó bajo el título de «Mujeres: palabras mayores». En el mismo, Katy, Aurora, Teresa de Jesús, Pilar, Lola y Ana fueron dialogando en torno a las cuestiones que se les fue planteando. Primero, acerca de las piedras que se encuentran en el camino por la doble condición de ser mujeres y mayores. Después del cómo hay que ponerse en valor rescatando las fortalezas que tenemos. Y por último, cómo se están dando un apoyo mutuo, cómo con la confianza amistosa se puede ser permeable para influirse, para ayudarse. En la última cuestión planteada, ellas contaron experiencias propias que creen que pueden ayudar a otras mujeres a abrirse camino ante las dificultades.
Fue también ocasión para recordar a nuestras queridas Sebas y Eli, ellas que tanto hicieron por crear e implementar programas para mayores y para la igualdad de género desde el Ayuntamiento de Ávila. Ana Sánchez y Dani García, compañeros suyos de trabajo, recordaron su lucha contra la discriminación y a favor de la creación de condiciones de empoderamiento para la mujer y para los mayores. Cada vez que las recordamos, tanto las echamos de menos… Vemos que su labor sigue creciendo por el buen quehacer de quienes con ellas trabajaron. 
Cuando terminó ese acto pensaba en cómo son muchas las mujeres capaces de crear unas redes de apoyo y comunicación entre ellas. En cómo nunca cejan para permanecer activas y positivas. No hay más que ver que los participantes en las actividades dirigidas a mayores suelen ser en su mayoría mujeres. ¿Qué nos ocurre a los hombres para ser más reacios a participar en esas actividades? ¿Quizás es que tenemos más dificultades para gestionar nuestras emociones porque hemos creído que expresarlas es signo de debilidad? Por supuesto que también tejemos redes y grupos. Pero pareciera que más allá de tejer redes de interés, de hinchada o de práctica de deporte, estuviéramos invalidados. Estoy generalizando, porque es una realidad que también hay hombres trabajando –y muy bien– en los cuidados, en los apoyos, en crear redes de solidaridad y cambio.
Unos días después, en Pradosegar, se homenajeó a otra mujer increíble: María José Hervás. Maestra, concejala, impulsora de Proyecto Cultura y Solidaridad, teresiana seglar, cooperativista… Un montón de vidas en una sola. Hablar de ella es hacerlo de quien tiene unas convicciones humanas, religiosas, sociales tan empoderadas en sí misma, que su vida ha tenido esa guía y ese horizonte: realizarse como persona abriendo caminos de mejora de vida para los demás. Encontrarse con ella es recibir el don de una sonrisa confiada y de un abrazo sincero. Uno va confirmando cómo el valor de la vida propia cobra más sentido por tener alguna participación en la vida de otras personas cuya constatación de vida es inmensa. 
En tiempos de confusión como estos, es conveniente recordar que la lucha por la igualdad se llama feminismo y la pervivencia de la supremacía del hombre sobre la mujer se llama machismo. El feminismo no pretende la preponderancia de la mujer sobre el hombre, pero hay a quienes les interesa hacer del feminismo un tema ideológico y de poder cuando es un tema de justicia. Una de las aseveraciones más conocidas que escribió Simone de Beauvoir es que «El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente.» En esa lucha –que es transformación– no sólo están las mujeres, que también están los hombres que ven en cómo el feminismo lleva aparejado un cambio de mejora en lo social, político, cultural, económico…