El Sr. Alcalde, Don Jesús Manuel Sánchez Cabrera, ha declarado: 
«Hacía años que Avila no tenía un modelo de ciudad, ahora lo tenemos y queremos seguir construyéndolo».
A modo de introito, porque entiendo que también puede ser conveniente otro artículo donde –cual si fuere un «examen de estado de la ciudad»– pueda proceder, como ciudadano de a pie, a valorar todo lo realizado durante esta legislatura porque, habida cuenta que se vuelve a presentar a las elecciones, conviene prever lo que nos depararía la siguiente, visto cómo se está desarrollando la presente, si es que volviera a ser reelegido; digo, que a modo de introducción a un ámbito más general, voy a centrarme ahora de forma particular en lo que viene a ser el «modelo de ciudad» del Alcalde y su Equipo respecto del Casco Histórico.   
Su modelo de ciudad, Sr. Alcalde, le diré, es haber convertido la Plaza del Ayuntamiento y sus alrededores, en no pocas ocasiones, en un ferial populachero donde, al socaire de una diversidad de actividades –muchas de ellas sacadas de contexto– resulta difícil vivir; en un lugar donde los jóvenes, y no tan jóvenes, van a hacer el botellón, lo que luego conlleva que las calles aledañas se conviertan en urinarios. Está denunciado directamente al Ayuntamiento y también a Usted, y la Policía Local emite informes al respecto, nos dicen, pero como si tal cosa. Además de la natural incomodidad porque no te dejan vivir y porque, incluso, mean en tu casa, existe riesgo para la salud y también claros y evidentes problemas de orden público. 
Su modelo de ciudad es haber aprobado definitivamente, nada más tomar posesión del cargo, el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Avila (PEPCHA), pese a conocer y estar advertido de que era un corsé que impedía toda actividad urbanística del Casco Histórico. No solo la aprobación, sino el hecho de no haber procedido a su derogación, o al menos revisión, una vez constatado que el Centro de la Ciudad no podía avanzar, evidencia su falta de capacidad en la gestión de lo público. A las pruebas me remito: hemos perdido población, los edificios están más ruinosos y abandonados, no se hace obra o instalación alguna. El Centro Histórico es un remedo de lo que ha sido a lo largo de la historia, y con Usted y su Equipo va a peor.
Su modelo de ciudad es que, casi cubierto un cuarto de éste siglo, y cuando se habla del metaverso, del 5G, de las nuevas tecnologías y del ahorro en materia de energía, en muchas zonas del Centro no existe fibra óptica, ni canalización por gas, ni se pueden instalar placas solares, lo que hace que sea inviable el poder vivir, tanto para los que residimos como para los que tuvieran intención de venir. Sin esos servicios hoy en día el ciudadano está «muerto».    
Su modelo de ciudad es haber favorecido al Colegio Diocesano para que, modificando la situación legal previa, donde se había logrado la práctica peatonalización, los que llevan a sus hijos a ese Centro puedan acudir con el coche a la «puerta» del Colegio, algo que no sucede en ningún otro lugar. Lo que iba a ser, además, una simple «parada» para que los niños bajaran y subieran del coche, en marcha, se ha convertido en una aparcamiento en la Plaza de Pedro Dávila y calles aledañas, incluso en las aceras, con el consiguiente perjuicio y limitación para los peatones, muchos de ellos niños, y, por supuesto, para los vecinos que no pueden entrar en sus casas y garajes. El horario ha sido ampliado. Y vistas las declaraciones del Sr. Budiño, pese a que debería haber una Zona de Baja Inmisión de Gases, porque así lo marca la Ley, eso no va a servir para el Colegio Diocesano. Sr. Alcalde, les diré ––para que luego nadie «se llame a andanas»– que es una manifiesta ilegalidad, y no menor, permitir que de forma continuada los familiares de los niños del Diocesano invadan e incluso aparquen o estacionen sus vehículos en las aceras, sin que la Policía Local lo impida o sancione.    
Su modelo de ciudad es que no pocas calles del Casco Histórico sean intransitables, particularmente para personas con discapacidad, bien sea que tengan que ir en sillas de ruedas o valiéndose de otros medios.                 
Su modelo de ciudad es destinar tres (3) euros del Presupuesto por vecino para la Concejalía de Cultura y, a sensu contrario, gastar a manos llenas en saraos, chocolatadas con churos y sardinadas gratis, algunas de ellas en el Mercado Chico. 
Doy por hecho que está convencido de que los actuales moradores de esta milenaria Ciudad, que tenemos en nuestro escudo el título de «Avila del Rey y de los Caballeros», y entre nuestras más distinguidas mujeres a Santa Teresa y Jimena Blázquez, podemos valorar más esas «dádivas» y los «saraos» que montan, que las relativas a los servicios y la cultura. 
Su modelo de ciudad es haber potenciado que –en atención a todo lo que está sucediendo, y lo que pudiera estar por venir si siguen Ustedes–, varios vecinos de la Zona Centro, en lugar de dedicarnos a nuestras actividades personales, familiares y mercantiles o profesionales, hayamos hablado de poder constituir, a nuestra costa y cargo, una Plataforma para denunciar ante la opinión pública y también ante las Instituciones, incluso ante los Tribunales, la agresión de que estamos siendo objeto, el deterioro de la Ciudad, e incluso las ilegalidades. Es lamentable que los vecinos tengan que agruparse para defenderse de su Ayuntamiento. 
Sr. Alcalde, lo que acabo de exponer es un ejemplo del modelo de Ciudad del que usted viene a sentirse orgulloso y pretende seguir «construyendo» si volviera a salir reelegido.