Vicente García

El buitre de colores

Vicente García


Desde Doñana al Amblés, por Villanueva de Gómez

27/04/2023

Nos han robado el mes de Abril, como dice la conocida canción de Sabina tantas veces escuchada, y que este año vuelve a tener un protagonismo especial, porque como todos sabemos este espacio de tiempo en el calendario anual es característico por ser uno de los más lluviosos del año. O al menos lo era, porque en el 2023 está claro que nos lo han usurpado totalmente.

¿Quién nos ha robado el mes de abril? Pues si hacemos caso a los científicos que llevan advirtiendo desde hace décadas lo que iba a suceder y ahora se está acelerando, gran parte de culpa la tiene el cambio climático, además de las características especiales de "El niño" que aunque se trata de un evento natural en el Pacífico, se produce por las fluctuaciones de la atmósfera, un medio que estamos alterando a un ritmo frenético y que modifica este fenómeno haciéndolo mucho más virulento y extremo, tanto en el periodo de lluvias e inundaciones como en el de las sequías cada vez más persistentes y extremas. Es de sobra conocido que esta corriente posee una gran influencia en las condiciones climáticas de gran parte del mundo, incluido nuestro país.

La sequía de este año no hace más que afirmar una vez más los que aún algunos niegan, y nos hace, o debería hacernos valorar mucho más el valor del agua y su importancia para la vida. Un líquido vital que hasta ahora se ha cuidado muy poco e incluso a pesar de estos fenómenos extremos se sigue contaminando y sobre-explotando tanto los cursos freáticos superficiales como los subterráneos. Muchos ríos huelen a cloaca, incluido gran parte del recorrido de nuestro maltratado Adaja, sobre todo a su paso por la ciudad.

Casi toda de España se muestra preocupada por la falta de agua y muchos medios comentan sobre los problemas de uno de nuestros más emblemáticos parques nacionales como es Doñana. También se habla estos días sobre la catástrofe medioambiental del vertido de la mina de Aznalcóllar que provocó también en abril, hace 25 años, un vertido de cerca de seis millones de metros cúbicos de lodos y aguas ácidas a las puertas del mencionado parque nacional. "Es lo que tiene la minería descontrolada" y que supuso uno de los mayores incidentes de este tipo en Europa, al que eso sí, se respondió con celeridad y durante los tres años siguientes también pudo considerarse como la mayor operación de limpieza de suelos contaminados del continente...

Y volviendo a la 'pertinaz sequía' y viendo un panorama cada vez más cálido y peligroso con veranos tórridos y asfixiantes, el personal se va dando cuenta de la importancia del líquido vital. Bueno, todos no parecen ser conscientes de ello porque estos días me han comentado, y yo personalmente lo he visto también en otras ocasiones que algunas plantaciones en el valle Amblés, se pasan con los aspersores y muchas veces funcionan cuando más pega el padre sol, produciéndose una evaporación exagerada antes de que el agua llegue al suelo perdiéndose gran parte de él. Digo yo que podría hacerse a otras horas más adecuadas. Algo parecido puede contemplarse en unas cuantas plantaciones morañegas...

Nuestro Adaja, igual que en Doñana forma un ecosistema único con una interacción vital entre las aguas superficiales y las subterráneas e íntimamente conectadas. Si el río lleva agua carga las aguas subterráneas. Si el acuífero tiene abundancia, se lo cede al caudal superficial. Magia de la naturaleza que el ser humano destroza cada vez más.

Y aguas abajo, por tierras de Villanueva de Gómez ocurre algo similar con el acuífero de Los Arenales, sobreexplotado y contaminado según informes de la propia CHD; situado bajo un entorno único de enorme valor ecológico que el Adaja se ve incapaz de recargar cuando lleva agua.

Por cierto en estas tierras aún quedan las enormes heridas en pleno pinar de la urbanización ilegal que se pretendió hacer y donde se talaron miles de pinos para ello. A pesar de la sentencia de 26 de Julio de 2010 en las que se obligaba la reposición al estado anterior de las obras, ratificado por el tribunal Superior de Justicia en 2011, no sólo las pistas alquitranadas siguen allí, sino que las tapas de las alcantarillas metálicas han "desaparecido" todas quedando sus profundos huecos como trampas mortales para los animales salvajes. Numerosos micromamíferos, ofidios e incluso mustélidos de gran tamaño como el tejón han perecido allí incapaces de poder salir y se ven los cadáveres en el fondo. Aun sabiéndolo quien debe remediarlo, y ahora también a través de este artículo. Pero nadie hace nada de nada. ¡Todo les da igual!  :-(