José Alberto Novoa Nieto

Ágora

José Alberto Novoa Nieto


Modelo de ciudad

15/05/2023

Ha comenzado la campaña electoral pero el que aquí planteo, no será un asunto a tratar. Bien porque, supuestamente, los ayuntamientos no tienen competencias, bien porque, directamente, la mayoría de los partidos políticos, en estos comicios municipales, han optado por no profundizar, no debatir o, simplemente, acogerse a algún tipo de "pacto de no agresión" con los que "mandan", para no perder demasiado.

Me estoy refiriendo al cambio climático. Un fenómeno que, lejos de resultar circunstancial, ha llegado para quedarse y, por tanto, nuestro modelo de vida requiere un proceso de adaptación a la nueva situación creada por los seres humanos y su modelo productivo depredador, concebido como sostenido en el tiempo y, por tanto, infinito, en un planeta cuyos recursos son, en realidad, limitados.

Esto lo sabemos y no cabe discusión: la humanidad y su modelo de desarrollo capitalista es la causa del calentamiento global y las consecuencias que estamos viviendo en forma de aumento de temperaturas y falta de lluvia. Conviene no perder el tiempo en debates o discusiones absurdas que pretenden negar lo evidente.

Para hacer frente a las consecuencias de esta situación, desde hace décadas, la teoría del decrecimiento viene planteando alternativas para vivir mejor con menos. Se trata de una corriente de pensamiento, una crítica al sistema capitalista y una estrategia para afrontar el problema de la crisis climática.

El decrecimiento defiende la reducción de la producción material y del consumo para asegurar la supervivencia del planeta. Su lógica se asienta en que no es posible un crecimiento económico continuo en un planeta con capacidades limitadas, puesto que, superados esos límites, la humanidad forzaría su propia extinción.

Esta teoría, camino de convertirse en una hoja de ruta necesaria, aboga por reducir la huella ecológica desligando el bienestar social del crecimiento económico, de manera que sea posible vivir mejor con menos. Para ello, apuesta por una producción a escala reducida, con productos duraderos, reciclables y reutilizables, y por reformular el trabajo, el concepto de beneficio económico y el estilo de vida de la población.

Aunque pueda parecer lo contrario, por las dimensiones aparentes que tiene abordar un asunto de tanto calado, lo cierto es que sí es posible contribuir desde los ayuntamientos a revertir la situación provocada por el sistema productivo, apostando por modelos de ciudad, de consumo y de convivencia que vayan modificando las formas de vida depredadoras impulsadas por el capitalismo.

Cada vez cobra más importancia la sostenibilidad en el ámbito urbano desde el concepto de "ciudad 15 minutos". Un término acuñado y desarrollado por el profesor Carlos Moreno, y que plantea un modelo de ciudad más económica y más sostenible.

Se trata de una forma de vida próxima en las ciudades, de tal forma que no sea necesario ir a todos los lugares en coche, o recorrer grandes distancias para ir a hacer la compra al supermercado, acudir al médico, o ir y volver del lugar de trabajo o el centro de estudios, entre otras cosas. La posibilidad de llegar a los lugares vitales y necesarios, en un máximo de 15 minutos andando o en bicicleta, consigue aumentar la calidad de vida y, además, reducir las emisiones contaminantes, con el consiguiente ahorro económico del transporte privado.

La ciudad de los 15 minutos es un modelo que, además, da sentido a la cercanía de la vida y a su intensidad social y ciudadana. Favorece la convivencia de la gente desarrollando todas sus actividades cotidianas: vivir, trabajar, abastecerse, cuidarse, educarse, descansar, divertirse… Todo ello en entornos cercanos, dinamizando los barrios y fomentando el encuentro y el reconocimiento vecinal y ciudadano.

Afrontar el cambio climático requiere compromiso político desde el ámbito local. Qué mejor momento para demostrarlo que las elecciones municipales que nos ocupan, en las que, supuestamente, se pretende alcanzar el poder para mejorar la vida de la gente.

Plantear un modelo de ciudad de 15 minutos, que sea sostenible, que fomente la economía circular de consumo responsable, y mejore la calidad de vida, es hacer frente al cambio climático, reconocer el momento actual, y hacer una apuesta valiente por el futuro, la permanencia de la vida y el planeta.