Sara Escudero

Desde la muralla

Sara Escudero


Bodas, flores y dinamita

20/05/2023

Entre toda la actualidad en la que, si abres un periódico y te encuentras temas tan diversos como Gaza, Sudán, Ucrania, elecciones municipales y/o autonómicas, sequía y otras delicias del panorama internacional, está claro que hay una que destaca por encima de todas.
Que una persona VIP no tenga vestido para su próxima boda, es algo que nos preocupa enormemente y que por supuesto se merece una cobertura mediática que esté a la altura de las circunstancias. 
Es cierto, que si comparamos un vestido con el drama de miles de personas que huyen en Sudán por el conflicto actual, la votación popular puede dar un vuelco a los marcadores al estilo Eurovisión y gane el vestido. A fin de cuentas, blanca y radiante va la novia.
Los combates en Jartum, la capital, entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) comenzaron el pasado 15 de abril. Más de un mes ya de una situación volátil donde nada está claro y todo está por decidir. 
El resultado, como en cualquier conflicto armado, siempre afecta a las personas más vulnerables y se contabilizan ya los cientos de personas que han perdido la vida, las miles que han resultado heridas y que necesitan atención sanitaria urgente y las que o en la huida o confinadas en sus casas, no pueden cubrir sus necesidades más básicas como son acceder a agua y comida en calidad y cantidad. 
El desplazamiento interno de miles de personas, no es solo un drama por un conflicto que viene de muchos años atrás. El verdadero problema y el drama real, es que es un suma y sigue a una realidad llena de hambre, escasas o nulas oportunidades laborales y ahora un impacto social que marcará el futuro a corto, medio y largo plazo. Ya se hablaba de más de tres millones de niños y niñas desnutridas, no puedo ni imaginar lo que supone añadir la huida, la sinrazón, el miedo, la desesperación, otra vez por la violencia en un país sumido en el miedo y el caos.
No hace falta que imaginemos que las consecuencias, ya son una realidad en escuelas, centros sanitarios y en desabastecimiento de pequeños comercios que aún permanecen abiertos. La escasez de recursos antes, ya hacían difícil sobrevivir en un país complejo.
Ni estar en el TOP20 de algo, les va a salvar de esta terrible situación. Porque si por algo destacan, es por la resiliencia de las personas, hartas de sobrevivir y reinventarse una y otra vez, en la lista de los países más pobres del mundo. Florecer entre dinamita, se va a convertir en una batalla, difícil de ganar.
Invitaciones de boda enviadas, padrinos, madrinas, invitados glamourosos, esperemos que vestido de novia a tiempo… Pero que no se nos olvide, que las noticias no están en los dramas de unos pocos, sino en los peligros de unos muchos, que fuera de los estándares de la vida, sufren y se preparan para sobrevivir en un futuro demasiado incierto, entre campos sin flores, bajo un sol agotador, sin la atenta mirada del panorama internacional, donde la tragedia nos pilla demasiado lejos, donde no somos testigos, ni juez ni parte. Donde la vida dejará de serlo a menos que no busquemos un remedio a tanta violencia. De nuevo, la violencia.