Francisco I. Pérez de Pablo

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Francisco I. Pérez de Pablo


La oposición, la derrota y el cortejo

31/10/2023

La oposición, a pesar de los insistentes mensajes por hacerla culpable, no tiene responsabilidad alguna ni en el déficit municipal, ni en la falta de ingresos, ni tampoco en los insinuados recortes presupuestarios. Si, de verdad, no hay ni un euro (nada se sabe del volumen de la deuda), tras cuatro años de los mismos gestores municipales, quizás es que no se ha estado contando toda la verdad y la bola se ha ido haciendo más grande (se anunciaron no hace mucho con entusiasmo remanentes de tesorería –6,4 millones–). Es censurable tener que «meter la mano» en el mismo bolsillo.  
La concejala de Hacienda, en un intento a la desesperada por convencer a los grupos políticos en el pleno de ordenanzas, justificaba la subida impositiva en que era irrisoria (4 euros al mes por ciudadano –48 € anuales–), que iría en aumento en años posteriores. Hay que recordar (lo escribí en junio 2020) que en el plan Cogotas –obra imprescindible para afrontar sequías– y que se abortó con una pueril estratagema, estando firmado el convenio para su ejecución, el reparto en el coste total diferido a veinticinco años y que al alcalde le pareció mucho –8 millones– a cada abulense le hubiera supuesto al año entre 4,7 euros (1º año) y 6,6 euros (año 25). Hoy se pagan más impuestos y se han querido subir estos por servicios de mucho menor valor añadido. 
El alcalde, eufórico y con exceso de confianza por haber repetido el número de concejales –11–, se olvidó en la misma noche electoral que no tenía mayoría para gobernar y se consideró infalible. No le dio importancia pues, en su equidistancia, siempre consideró que el PSOE –4– sería su aliado encubierto sin necesidad de formalizar acuerdo o pacto de gobierno alguno. Además, los socialistas son enemigos naturales del PP –7– y con eso bastaría para gobernar y de paso arrinconar a su antigua formación hasta hacerla invisible –objetivo final–. Tampoco consideró a VOX –3– (una casualidad de las urnas pensó) a pesar de que voces internas de su formación pedían y piden un pacto estable, más tras lo acontecido. No creo que la oposición con el no a más impuestos estuviera pensando en las urnas de dentro de cuatro años. Si alguien así lo ha considerado se está autoengañando con el riesgo de engañar a otros.
Lo acontecido en el salón de plenos municipal debe llevar consigo cambios notables.  De momento el equipo de gobierno debe dejarse de fotos y propaganda. Eso no sirve para gobernar una ciudad. La derrota también apremia –próximo episodio los presupuestos– al equipo de gobierno a capitular. No tiene, de momento, mucho que ofrecer y además el carácter y el proceder de algunos de sus componentes y ciertas actitudes –digamos pandilleras– no parece que ayuden a cortejar a un PSOE, que vino a usar naftalina, o a VOX, cuyos planteamientos e imagen no fascina al regidor (al margen de ser socio del gobierno regional). Son sus únicas opciones pues descartan pedir los votos al PP, aunque algunos están deseando volver.
El Ayuntamiento no tiene crédito y, sí, parece que tiene agujeros. No es momento ni de cuestión de confianza, ni de moción de censura, ya que esto no resuelve el problema de fondo que son los números rojos. Si todo fuera cuestión del tremendismo de las últimas semanas la solución está en la disolución del Ayuntamiento de Ávila, el nombramiento de una gestora en tanto se convocan nuevas elecciones. Mientras que el populismo necesita enemigos, la democracia requiere oposición (Jan-Werner Müller).