Emilio García

Desde el mirador

Emilio García


Desmontando a Sánchez (II)

05/05/2023

Para comprender la alegría derrochadora de quien nos gobierna, basta con señalar el desmesurado gasto de un sobredimensionado ejecutivo, el despilfarro en helicópteros y aviones, en viandas para superar con ánimo cada uno de los cientos de vuelos realizados –tanto por el primer ministro como algunas joyas de su apañado ejecutivo–, en caravanas de vehículos cada vez que se mueve por algún rincón controlado, en asesores, en miles de cargos absurdos, en los amigos directores de empresas públicas que arruinan al poco tiempo de llegar al cargo, en vídeos promocionales de su cercanía con «la gente» o en documentales bien subvencionados que tienen difícil su compra.
Un hombre sin escrúpulos ni límites; esa es la actuación diaria de Sánchez, en la que no se mancha ni se expone porque para eso ya tiene una legión de ministros de tres al cuarto que son los encargados de quemarse por su jefe. El demócrata que asalta instituciones y destruye la armonía constitucional de España demuestra que nada va a interponerse en su camino, por más que se presente como un constitucionalista moderado.
Cambió el colchón al llegar a La Moncloa para poder dormir mejor, pero quitó el sueño a todos los españoles porque cada día amaneció con una decisión nueva y su contraria. Y así ha estado desde que accedió al poder con engaño mediante una moción de censura frente a la corrupción del oponente. Y se ha mantenido consolidando un Gobierno de intereses chantajistas que tanto los nacionalistas vascos -siempre raudos a la hora de poner la mano-, los filoetarras –amigos de quienes siguen ignorando las muertes sin resolver– y los independentistas catalanes –que viven mucho mejor que la inmensa mayoría de mortales– le garantizan.
Su Persona, excelencia y elegante chulería por los cuatro costados, el que saluda al policía de turno a su llegada al Congreso, está donde está porque todo le da igual. Basta con ver su rostro en el sillón de las Cámaras, la prepotencia que muestra en sus gestos, el desinterés que se aplica y los discursos vacíos que lee sin inmutarse, para darnos cuenta de que estamos ante un ser que se cree superior, al que la vida terrenal le aburre, porque él ha llegado para asuntos de gran trascendencia, no para solucionar los problemas de los ciudadanos. Quizá por eso tiene una persona encargada de ponerle el pin correspondiente para cada acto, especialmente el multicolor de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en asuntos sociales, económicos y ambientales, esa agenda europea que nos está esclavizando para toda la vida futura.
Pero Su persona tuvo que escuchar del catedrático Tamames decirle –por cierto, de quien citó su libro 'Estructura económica internacional' en su tesis doctoral– que su discurso en la última moción de censura fue plomizo e insoportable, que no contestó a nada de lo que se le interrogó y sí dedicó mucho tiempo a asuntos que no se habían planteado, cosa que ni le quitó el sueño de eternidad inalcanzable. Como tampoco pareció ir con él que derribara la sectaria ley de Memoria Democrática, asunto del que he hablado en una ocasión pasada.
Sánchez desmonta él solo su historia reciente, no necesita a nadie para imponer criterios silenciosos en todo aquello que pueda trascender en sombras a su imaginada e insuperable gestión gubernamental. Su ordeno y mando es inapelable, exigente y autoritario; lo que importa es la permanencia a cualquier precio (se carga a propios y extraños sin inmutarse). Y si existe alguna persona que no está de acuerdo con su doctrina será perseguido y estigmatizado personal y profesionalmente. Es lo que pasa en este momento (mediados de abril de 2023) cuando sustituye a Podemos por un proyecto impulsado por Yolanda Díaz quien -sin dejar de sonreír- se considera la futura presidenta de España.
Para eso, le basta con señalar la corrupción de la derecha para que los centenares de millones y algunos miles que sus amigos de partido han cosechado por todas las provincias españolas, además de los evidenciados por catalanes y vascos, desaparezcan como por arte de magia y sumerja a los españoles en un mundo de ensoñación dada la creatividad del maestro del escapismo.