«Intentamos apostar por un producto más exclusivo y distinto»

I.Camarero Jiménez
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Hace casi 10 años Ávila fue testigo de la apertura de El Colmado de Soraya una tienda en la zona sur con productos de calidad en la que lo ha puesto todo Soraya López, apoyada siempre por su marido Óscar. Hoy tiene más ganas de crecer que nunca

«Intentamos apostar por un producto más exclusivo y distinto» - Foto: David Castro

Quizá haya que ser todo un 'disfrutón' o 'disfrutona' para vender productos de alimentación al público más exigente. Pues bien, departiendo con Soraya López, de El Colmado de Soraya se nos despeja cualquier duda al respecto porque no hay nada en su tienda que no haya probado antes de ofertarlo. Bueno,  casi nada, porque el picante no es lo suyo. Ahora bien, ella se ha encargado de encontrar gente experta que lo cate para ella y le aconseje si incluirlo o no en el amplio y suculento muestrario de productos de calidad que ofrece en, ahora ya sí, el lugar que deseaba tener y por el que ha luchado durante los casi 10 años de vida que tiene la firma y que, para quien no la conozca aún, sepa que se ubica en la calle Burgohondo.

Esta vasca (Portugalete, 1976) que ya se reconoce más abulense que del norte del país decidió un buen día lanzarse a la aventura de emprender y abrir su tienda soñada en el lugar que deseaba, en la zona sur de la capital abulense. Ha habido tiempos duros, de crisis económica, de pandemia y ahora ya sí puede hablar de esos tiempos mejores que todos deseamos que lleguen. A Soraya por fin le ha llegado y es ahora cuando piensa que «mereció la pena» los tiempos en los que al cerrar el mes se quedaba sin cobrar porque había que pagar el alquiler del local y por supuesto a los proveedores. A pico y pala se ha labrado un futuro, bueno, un presente en el que se siente cómoda y tiene todo lo que imaginó. Y, todo, también hay que decirlo, gracias al innegable e impagable apoyo de «marido», como cariñosamente llama a Óscar, ese pilar maestro en el que se asienta la base del negocio.

Le preguntamos el origen del nombre de El Colmado de Soraya. No somos los primeros en hacerlo. Rememora que el negocio nació en los tiempos de una conocida serie de televisión 'El secreto de Puente Viejo' y en ella aparecían efectivamente los colmados. Pero, no, no es por eso. Es porque ella conoció lo que un colmado significó en su día y no es otra cosa que aquellas tiendas que eran verdaderos oasis en tiempos de carencias y en las que «igual encontrabas un tornillo, que unos zapatos, o harina o chocolate». «Se vendía mucho a granel», recuerda.  De lo primero no nos vamos a encontrar en este lugar abulense, pero de lo último sí, pero apostando por la calidad, por el producto artesano, el de kilómetro cero, aquel en el que «alguien ha invertido todo su tiempo y esfuerzo en dotarlo de calidad». De algún modo son productos que «se pueden vender solos» pero Soraya es, en este caso, la que le pone la cara a la venta, amable siempre, pues al fin y al cabo, es un producto en el que confía porque, de otro modo, no lo tendría en su tienda. Por todo eso no es de extrañar que sea uno de  los lugares de referencia de la marca de calidad de Diputación, de Ávila Auténtica. ¡Ah! Por cierto en la que compran muchos sudamericanos «acostumbrados a los colmados de su tierra».

Empezó 'el colmado' su andadura de alquiler. Unos metros más allá de donde ahora tiene su lugar de trabajo Soraya. Las mensualidades eran elevadas y subieron con el paso del tiempo, así pues, tomó la decisión. «Busqué un lugar que comprar». Tenía que ser en la zona sur porque otra opción no era la suya, y «más grande» porque el anterior local se quedaba pequeño y «ya tenía muchos defectos» que ella no podía arreglar («la instalación eléctrica era un caos,  se movían las baldosas...»). Además, quería crecer y tener más claridad, mucha luz para el negocio… «Una inversión de futuro» con la intención de ir a más por ejemplo con un asunto con el que en principio no contaba: el vino. 

Reconoce que no le gustaba, pero la insistencia de uno de sus proveedores y ese saber despertar su interés acabó ganando. El proveedor era Roberto Galán y hoy le asesora a la hora de adquirir vino y también para las catas a las que ya ha empezado a dar rienda suelta en su 'nuevo' colmado (catas de vino, por supuesto, pero también de otros productos). Todo un mundo al que va cogiendo el gusto, que le reporta nuevos clientes y  por el que ella decidió apostar. En este punto reconoce que le ayudó el hecho de que «yo siempre he sido muy curiosa» y en los vinos (en algunos) hay mucha historia detrás que «me interesaba conocer para después transmitirla a quien la quiera escuchar» (y como de los vinos de otros productos). Contar la historia de los productos por los que apuesta le ayuda a vender «de una forma diferente» y ahí nos recuerda que en uno de los mostradores tiene un queso de burra con una de esas bonitas historias detrás, no en vano «se creó una asociación de ganaderos en las que criaban burras para que determinada raza autóctona no desapareciera y de ahí el novedoso queso».

Las cosas mejoran para Soraya porque reconoce que «la hipoteca de hoy me cuesta menos que el alquiler». Además «si al final el negocio saliera mal, el local es nuestro y se puede alquilar a otra persona o vender». Hablando y hablando con Soraya se nota que se ha convertido en abulense. 26 años lleva en la capital, aquí ha trabajado por cuenta ajena, aquí conoció a quien hoy es su marido y lo hizo además en unos Medievales que son santo y seña de la ciudad. De aquello, del primer encuentro con Óscar, hace 19 años, recuerda que eran tiempos de salir más, de divertirse, de conocer gente. Hoy las cosas han cambiado y la forma de disfrutar también es diferente. Ese disfrutar de hoy incluye lo gastronómico y Soraya confiesa que «para mí la gastronomía es todo, desde la persona que por decisión propia o prescripción médica no toma ciertos productos, a quien busca algo más sibarita o la mari (dicho con todo el cariño del mundo) que viene a buscar una legumbre para un guiso que domina a la perfección»; también el vino que hoy encuentras en su colmado es parte de su día a día. Con todo ello no es de extrañar que le guste ser anfitriona en su casa, en la finca a la que se trasladó antes de la pandemia y en la que de algún modo comprueba si lo que lleva a la tienda puede funcionar.

En su colmado puedes encontrar todo tipo de producto y todo tipo de cliente, desde la ama de casa, hasta el vegano o el celiaco que no quieren renunciar a la calidad, amantes de las especias, de las infusiones, de los quesos, de los chocolates o de las cervezas y de ese laterío que para ella es una delicia si es de calidad. Calidad que no está reñida con los buenos precios porque «no tiene que ser caro un buen producto». «Lo que intentamos es apostar por un producto un poco más exclusivo y que sea distinto, pero teniendo claro que gourmet no significa siempre caro, para mí gourmet es que tenga buenas materias primas y que el proceso para su elaboración sea respetuoso. Busco productos que en Ávila no son fáciles de encontrar, tanto nacionales como internacionales».

Entre ese público hace tiempo que se ganó a quien reclama su atención cuando lo que quiere es hacer un regalo original y es que Soray se especializó en preparar cestas. Ya sea para Navidad, un cumpleaños o un momento especial que sellar con ricos alimentos. Como ellos también hay cliente de fin de semana que a lo mejor viene a Ávila en esos días. 

Esa originalidad que busca es un tanto lo que guió la apertura del Colmado porque «nosotros somos muy cocinillas y, claro, a la hora de elaborar ciertas recetas no encontrabas lo que se utilizaba y lo tenías que comprar por Internet.Si lo adquirías en pequeña cantidad no te salía rentable; también nos gusta la comida asiática y, lo mismo, para encontrar con qué elaborarla 10 años atrás en Ávila era difícil». Así pues decidió montar el negocio. Bueno, también porque al jefe que tenía entonces «le dio por no pagarme y pensé: Pues para trabajar sin cobrar… Mejor lo hago para mí». Cierto es que hubo meses que no cobró, pero ahora ya las cosas se ven diferentes.

Su formación académica la ha dejado aparcada y es que «en mi tiempo estudié programación».Se dio cuenta que no era lo suyo pero siempre ha tenido a su lado el ordenador; ahora son las redes sociales las que la tienen en parte enganchada y saca tiempo de utilizarlas para sus intereses en la tienda. Reconoce que igual que para algunos de sus compañeros empresarios con los que tiene un grupo de networking «son un suplicio y las subcontratan» para ella son casi diversión y les saca partido. 

En definitiva nuestra entrevista de hoy es para una mujer que se ha hecho a la tierra en la que no nació pero en la que hunde sus raíces porque su padre, Chuchin, es abulense (nacido en  Cebreros, aunque rápido se mudó a Rasueros). Su madre, no.Sofía es de Madrid.  Las vicisitudes de la vida los trajeron a todos aquí  después de años fuera. «Mis padres se conocieron en Alemania; de allí es mi hermana Sonia». Después se trasladaron al País Vasco, «donde había trabajo» y donde nació Soraya. Ya con el tiempo de jubilación querían tranquilidad y las opciones eran Madrid, Segovia o Ávila. Ganó Ávila por unanimidad. Una gran decisión, Bienvenidos todos. 

¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza sobre Ávila?

Gastronomía, parajes.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

La cercanía para poder estar en plena naturaleza

¿Y lo que menos?

La falta de tejido industrial.

Un lugar para perderse.

Nuestra finca.

Un  recuerdo de su infancia

Los fines de semana con mis padres en el coche recorriendo y conociendo pueblos, con los tuppers que preparaba mi madre. Y el olor a tierra mojada en las tardes de verano en el pueblo de mi padre (Rasueros).

Un personaje abulense que le haya marcado.

Nunca he sido de tener un personaje, ni siquiera ídolos en la música, ni en el cine. Lo que siempre me ha gustado es escuchar a personas con más experiencia o bagaje que yo y de los que poder aprender.

El mayor cambio que necesita Ávila es...

Desde mi punto de vista creo que a Avila le falta tejido industrial y tener una mejor conexión con la capital.

Y Ávila tiene que mantener...

Su encanto de ciudad amurallada, sus parajes y rincones que enamoran, su cercanía con la naturaleza, su gastronomía, su "tapeo", su vida social en las terrazas en verano, sus paseos en las tardes de otoño con las hojas de los árboles cayendo, sus vistas desde sus miradores, su muralla por la noche iluminada. ¡ufff muchas cosas!

¿Cómo ve Ávila en la actualidad?

Mas evolucionada, pero con mucho trabajo por hacer.

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Ojalá, que, con una oferta de empleo mucho más amplia, y en la que no tenga que irse la juventud a otras ciudades a labrarse un futuro, que lo puedan hacer aquí, y hacer que crezca más la ciudad.

¿Qué puede aportar a Ávila y su provincia? 

Enriquecer de más gastronomía a los abulenses, que encuentren en El Colmado de Soraya aquellos productos tanto de Ávila, como del resto de España, o incluso de fuera de nuestras fronteras, esos productos que querían probar, o ya los conocían. Y ahora con la vinoteca poder hacer que se enamoren más del mundo vino, como caí yo.