Las vacas se viste de carnaval para reír, cantar y hacer mofa

D.C
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Un centenar de vecinos del barrio, con la temática de 'héroes y villanos' como motivo de inspiración, se concentraron en la plazuela de la ermita y subieron al Mercado Grande en alegre y musical comitiva

Las vacas se viste de carnaval para reír, cantar y hacer mofa

Haciendo frente con buen humor a lo desapacible del día, y al mismo tiempo haciendo gala en la práctica de ese espíritu festivo que les define, alrededor de un centenar de vecinos del barrio de las Vacas se apuntaron este domingo a la invitación de, como ocurre cada domingo de Carnaval, disfrazarse y pasar la mañana recorriendo el barrio y el centro de la ciudad para llevar su alegría allí por donde pasan.

La temática elegida este año para unificar la inspiración de los disfraces, como sugerencia no como obligación, era la de los 'héroes y villanos' que han llenado muchos cómics y que luego han saltado con mucho éxito al cine, y con ese asunto como eje esos niños y adultos se transmutaron por unas horas en personajes como Batman, Superman, el Joker, la familia de Los Increíbles o los payasos justicieros de una famosa serie televisiva, demostrando que «la gente del barrio de Las Vacas responde siempre a estas iniciativas, da igual el frío».

Tras reunirse todos los que se animaron a disfrazarse en la plazuela de Las Vacas, el punto que suele ser el epicentro de la mayoría de las actividades que se organizan en el barrio, la comitiva partió hacia el Mercado Grande en alegre pasacalles y con la música de la gaitilla animando la fiesta. 

Las vacas se viste de carnaval para reír, cantar y hacer mofaLas vacas se viste de carnaval para reír, cantar y hacer mofaMás descansados que en años anteriores, porque este año pudieron utilizarse las escaleras mecánicas para salvar el esforzado desnivel de la Cuesta Antigua, los héroes y los villanos, que para ese tiempo firmaron un armisticio que fue respetado, se pasearon por la plaza de Santa Teresa, para después volver sobre sus pasos y regresa al barrio para reponer fuerzas.

Por la tarde siguió la fiesta, más condicionada por la fina lluvia que cayó durante bastante tiempo, con música y pasacalles que volvieron a unir a vecinos, familias y los Mozos de las Vacas, plural pero coherente grupo que es capaz de mantener la vieja tradición del carnaval en este barrio, fiestas de las carnestolendas que terminarán el miércoles con el Entierro de la sardina y a la inmediata apertura de puertas a la contenida Cuaresma.

Se cerraba así el fin de semana carnavalero en el que, siguiendo los piadosos consejos de Ignatius Episcopus, muchos vecinos del barrio de Las Vacas han comido, bebido, cantado y bailado, sin olvidar nunca «a los miserables, para que nosotros seamos distintos a los hombrecillos que vilipendian y gobiernan para el enfrentamiento», apostando también porque «no nos influyan, nunca, nunca, los que tienen como única riqueza intelectual los tópicos, los equívocos, las falsedades y los odios». Porque la mejora manera de luchar contra esa lacra, añadía este preclaro episcopus, es que «luchemos con todas las armas contra la envidia, la maldad y la incompetencia vistiéndose con máscaras y mofándose de los poderosos».

No de otra forma que riéndose y cantando se puede luchar contra ese mal tan arraigado, acababa sermoneando, porque «entre trago y digestión/ el problema se bifurca,/ mañana será otro día/ para darle solución».