"En Ávila podemos estar tranquilos con los edificios"

M.E
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El Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Ávila lanza un mensaje de prudencia a la espera de los resultados de la investigación

"En Ávila podemos estar tranquilos con los edificios" - Foto: Biel Aliño

El incendio ocurrido en Valencia la semana pasada ha conmocionado a buena parte del país por sus consecuencias –en principio diez fallecidos– y también por la rapidez de propagación del fuego, teniendo en cuenta además que se trataba de un inmueble relativamente reciente, construido hace prácticamente 15 años. Después de que en un primer momento el foco se hubiera puesto en el poliuretano como el principal causante de esa rápida combustión, el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) trasladó un mensaje de tranquilidad a la sociedad, asegurando que la legislación española es garantista desde el punto de vista constructivo y abogando por esperar a conocer los resultados de las investigaciones que aclaren la composición del sistema constructivo y las causas del siniestro. El presidente del Colegio Oficial de  Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Ávila (COAAT), Juan Carlos Fernández, se sumó a esa petición de prudencia, a la espera de las conclusiones de la investigación, y destacó que «en Ávila podemos estar tranquilos» por la seguridad de los materiales de la práctica totalidad de las construcciones residenciales, que son «los mejores para la resistencia al fuego», dijo. 

Juan Carlos Fernández explicó que la gran mayoría de los edificios de viviendas de Ávila están construidos con ladrillo caravista, mortero monocapa o cerámica y que a priori no conoce que existan muchas fachadas ventiladas como la del edificio que ardió en Valencia. «Debe haber muy poco, quizás los recubrimientos del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles o de la clínica Santa Teresa, pero desconozco los materiales exactos y su estructura», insistió, poniendo de relieve que las fachadas ventiladas «funcionan bien térmicamente» y que no todas, ni mucho menos, tienen riesgos, no en vano los elementos que se asocien a las mismas «tienen que ser ignífugos». En este punto, quiso aclarar que por lo visto en las imágenes al menos parte del aislamiento del edificio de Valencia «era de lana de roca», que «sí es ignífuga cien por cien», aunque eso sí «desconocemos el material exacto que había en la chapa de aluminio», precisamente lo que «se verá con la investigación», recalcó . 

El presidente de COAAT también remarcó la seguridad que aportan las nuevas construcciones. Si se trata de edificios recientes tienen que cumplir con el Código Técnico de Edificación (entró en vigor en 2006) «y la normativa cada vez es más restrictiva», con lo que los edificios nuevos «son bastante seguros» y , además, disponen del «libro del edificio», que es un informe en el que se refleja todo lo relativo al proyecto, los materiales, las instalaciones, las garantías y el certificado de eficiencia energética. 

Los edificios antiguos (de más de 40 años), por su parte, están obligados a pasar una inspección técnica en la que también se detalla todas sus características, de ahí que entre medias(entre los inmuebles más viejos y los nuevos) existan muchas construcciones que no tienen este tipo de datos. En este punto, invitó a las comunidades de propietarios a tener «un técnico de cabecera» y recomendó, si se puede, la contratación de inspecciones técnicas aunque los inmuebles no estén todavía obligados a ello, sobre todo si existe inquietud o dudas sobre el comportamiento del edificio ante incidencias como un fuego. «Con una revisión se sabe si el edificio es seguro, si es accesible, si es eficiente térmicamente y si se pueden hacer mejoras», indicó. 

«La normativa de hace 40 años no tiene nada que ver con la de ahora, ahora ya todos los edificios  tienen que estar sectorizados en su interior y en la fachada, algo que por ejemplo se vio claramente que no cumplía el edificio de Valencia» pero porque sus permisos se aprobarían antes de la entrada en vigor de la nueva normativa, con lo que seguro que «cumplía con las obligaciones que se pedían entonces», subrayó. 

Otro de los puntos a favor de la seguridad de las construcciones de Ávila es que no hay edificios de gran altura que, por ejemplo, impidan el acceso de las escalas de los bomberos, como sucedió, por ejemplo, en el incendio de Londres. «No tenemos edificios muy altos y, de hecho, la seguridad que hay se ve con el nivel de siniestralidad que tenemos en Ávila en comparación con otros sitios», apostilló.