La ciencia, un reto apasionante

David Casillas
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El profesor abulense Juan Meléndez, doctor en Física, invita en el libro 'De Tales a Newton' a «desaprender» para redescubrir cómo funciona el mundo de la mano de los grandes científicos

Juan Meléndez, autor del libro 'De Tales a Newton'. - Foto: Vanessa Garrido

La ciencia no es sólo una asignatura que a no pocos se les atraganta en el instituto –reducirla a eso es simplificarla pobre y tristemente–, es un campo de conocimiento básico que ha permitido que el mundo evolucionase como lo ha hecho y cuyas bases y desarrollo se ofrecen como un apasionante mundo que se puede disfrutar como una aventura inagotable que es, además, todo un reto intelectual.

Bajo esa premisa, con muchos argumentos a favor y un discurso accesible que permite al lector adentrarse en ese mundo con relativa facilidad, el abulense Juan Meléndez (doctor en Física y profesor de la Universidad Carlos III) ha publicado recientemente el libro titulado De Tales a Newton: Ciencia para personas inteligentes, un acercamiento a la historia del pensamiento científico en el que parte del objetivo de no quedarse en transmitir unos contenidos más o menos sabidos, que eso sería aportar poco nuevo y repetir mucho, sino ir más allá para ayudar al lector a entender esos conocimientos desde su principio a su fin.

Porque, tal y como afirma en el libro, «si queremos ir más allá de la ciencia para dummies, tenemos que verla no como un repertorio de respuestas, sino como una disciplina del pensamiento, una manera de mirar el mundo, de hacerse preguntas y de responderlas».

Reconociendo que ha elegido para el libro «un subtítulo que quiere ser provocativo antes que pretencioso», Juan Meléndez explica que para llevar a cabo este trabajo, que le ha llevado diez años, «he partido del hecho de que la ciencia se ha hecho asignatura y así ha perdido su gracia, y yo lo que invito al lector es no a conocer lo que quizás ya sepa sino a descubrir el misterio que apasionó a los científicos, a conocer cómo funciona el mundo, lo que yo busco es ayudar a entender cómo funcionan la ciencia y el mundo, no quiero sólo ofrecer resultados», motivador paso adelante para el que considera que es también positivo «desaprender un poco para de esa manera redescubrir de nuevo lo que creíamos que ya conocíamos».

Convencido de que «la ciencia real no tiene mucho que ver con la que nos han contado en los libros, porque en el colegio y en el instituto nos la han desvirtuado », el físico abulense ha trabajado con el objetivo de «contar los hechos tal y como son, cada uno con su misterio, y luego explicar cómo cada científico, en su época, resolvió el problema al que se enfrentó».

Iniciando su recorrido en Tales de Mileto y finalizándolo en Newton, Juan Meléndez cuenta la evolución real de la ciencia siguiendo el hilo conductor de «preguntarme cómo sabemos que estamos donde estamos», dejando la evidencia de que «la ciencia ha ido progresando acumulativamente con una serie de ideas que han evolucionado a través de los siglos», intentando siempre «meterme en la piel de cada uno de esos científicos para entender mejor cómo se planteó el problema y cómo lo resolvió». Ese viaje en el tiempo ha exigido también al profesor abulense la tarea de «evitar anacronismos poniéndome en cada época y no presuponiendo desde el presente cosas que no se sabían en el pasado, algo que no siempre resulta fácil», un empeño directamente ligado con el de «romper algún que otro tópico que nos persigue desde hace muchos años, por ejemplo el de imaginarnos a Galileo lanzando objetos desde lo alto de la torre de Pisa para comprobar la velocidad de caída, algo que nunca ocurrió». También ha procurado «no adoctrinar nunca al lector», que es algo que se ha hecho en algunas ocasiones, porque «la ciencia no es una religión».

Otro acierto del libro, que su autor asegura que «es accesible para el gran público», es que nunca menosprecia al lector sino que le trata de tú a tú, éxito al que se suma el convencimiento de Juan Meléndez de que «para hacer las cosas bien no he querido ganarle para ninguna causa sino únicamente contarle la verdad, dejando claro que no hay héroes ni villanos ni tampoco mitos, sino personas con inquietudes intentando descubrir el funcionamiento del mundo, que unas veces fueron más afortunados que otras».

Aunque su recorrido por los principales científico de la historia podría llegar hasta el presente, Juan Menéndez ha preferido quedarse en «el gran Newton adrede, con el fin de que el libro pueda ser accesible para cualquier lector con un nivel de formación de la actual ESO», algo que hubiese sido complicado si hubiese abarcado los siglos XIX y XX por la mayor complejidad de los descubrimientos realizados en ellos».Por ese motivo asegura su autor que el libro «no tiene que dar miedo a nadie, sólo exige que el lector lo afronte con curiosidad», y para ello también lo invita a «pensar por sí mismo, porque es una excelente manera de disfrutar».

Con todas esas mimbres, trenzadas por unos conocimientos bien asumidos e igualmente bien expuestos, Juan Meléndez ha construido una obra en la que interrelaciona la filosofía con la ciencia, introduce paradojas «que hacen más interesante la historia» y compone un libro «en el que la ciencia es la protagonista de un relato que puede compararse con una novela policíaca porque se plantean varios misterios » en los que el lector queda atrapado… aunque lo más interesante es que se le dan las claves para resolverlo.